Así lo ha anunciado este martes durante la presentación de los resultados anuales de la compañía su presidente, Juan Roig, quien ha asegurado que está «muy satisfecho» de las cifras obtenidas en un año especialmente complejo debido a la pandemia.
La firma invirtió 1.500 millones de euros (frente a los 2.200 millones de 2019) y acabó el ejercicio con 1.641 tiendas (20 en Portugal y el resto en España), cinco establecimientos más que el año anterior.
De cara a este 2021, las previsiones de la empresa apuntan a mantener su beneficio neto en el entorno de los 700 millones de euros y crecer en facturación en torno a un 3,7 %, hasta rondar los 27.850 millones.
Además, la cadena de supermercados incorporó 5.000 empleados y cuenta ya con 95.000 trabajadores en total, y para el próximo ejercicio espera sumar otras 1.600 personas.
El negocio en internet de Mercadona prácticamente se cuadruplicó, hasta los 176 millones de euros, una línea de negocio que todavía apenas representa un 1 % de todos sus ingresos pese a que crece con fuerza, especialmente en Madrid, Barcelona y Valencia, donde el modelo se basa en el uso de «colmenas» (centros logísticos donde se preparan los pedidos en vez de hacerlo en tienda).
La primera aventura internacional de la compañía discurre en Portugal, donde la facturación se ha multiplicado casi por seis, hasta ascender a 186 millones de euros, tras haber duplicado su red de establecimientos en el país (de diez a veinte).
Durante su intervención, Roig ha destacado la gestión realizada por el grupo pese al difícil contexto provocado por la COVID-19, y ha cuantificado en 200 millones de euros la inversión realizada en medidas dirigidas principalmente a la protección de empleados y clientes.
En este sentido, ha citado como ejemplo la compra de mascarillas justo cuando se declaró el estado de alarma en España (el fin de semana del 13 de marzo), y ha recordado que pagaron entonces por unidad 1,57 euros, muy por encima de los 8 céntimos de coste que abonan hoy por el mismo producto.
El presidente de Mercadona ha avanzado que la compañía no pretende reclamar ayudas públicas, aunque sí ha incidido en que «muchas empresas y sectores» necesitan apoyo para superar la crisis.
«Vamos a seguir haciendo inversiones y tiraremos para adelante pero con nuestros propios medios», ha defendido.
Roig también ha subrayado que no entrarán en la incipiente «guerra de precios» que se detecta en el sector de los supermercados y se marca como objetivo principal conseguir más calidad.
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