Ghali, que ha declarado por videoconferencia desde el Hospital de San Millán-San Pedro (Logroño), donde está ingresado por complicaciones derivadas de la COVID-19 desde el pasado 18 de abril, estaba citado por una querella formulada por la Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos (ASADEDH) y por otra presentada por el activista saharaui Fadel Breica.
«El presidente Ghali ha explicado que su participación, como ministro de Defensa en aquella época, no tenía ningún tipo de responsabilidad ni de acción en la conducta que se le imputaba por parte de las acusaciones», ha dicho su abogado, Manuel Ollé, en declaraciones a la prensa al término de la comparecencia judicial.
La acusaciones, por su parte, han solicitado al juez que adopte medidas cautelares contra el líder saharaui para garantizar que permanece en España. En concreto, han reclamado que le retire el pasaporte y ordene su ingreso en prisión provisional. La Fiscalía se ha limitado a pedir que facilite un teléfono y un domicilio para poder localizarlo.
Pedraz ha respondido en dos autos rechazando las medidas cautelares al considerar que «no puede apreciarse riesgo de fuga alguno». «No consta dato alguno para apreciar que el investigado pueda o quiera sustraerse a la acción de la justicia», ha dicho.
En este sentido, ha llamado la atención sobre el hecho de que «en cuanto ha tenido conocimiento de los hechos investigados se ha personado en la causa y ha accedido a la práctica de su declaración, incluso a la vista del estado de salud en el que se encuentra, que bien le hubiera permitido a su defensa solicitar posponer la declaración».
Asimismo, ha señalado que «no puede seguirse que pueda ocultar, alterar o destruir fuentes de prueba relevantes para el enjuiciamiento, máxime a la vista de la fecha de los hechos investigados y que no se ha solicitado diligencia de prueba alguna y menos aún que el mismo pueda actuar contra bienes jurídicos de víctima alguna».
Pedraz ha apuntado igualmente que «el informe de la acusación (...) no ha suministrado elementos siquiera indiciarios que avalen la existencia de motivos bastantes para creerle responsable de delito alguno».
De acuerdo con el magistrado de la Audiencia Nacional, en dicho informe solamente se indica que se trata de delitos muy graves y se advierte de que podría fugarse porque ingresó en el hospital de Logroño de forma «extravagante» con una supuesta documentación falsa, algo que --recalca el instructor-- «no consta».
Por todo ello, ha decidido que «no ha lugar a decretar la prisión provisional ni otro tipo de medida cautelar personal» contra Ghali, aunque sí ha requerido a su representante legal para «aporte un domicilio y teléfono en España a fin de estar localizado».
El abogado de Ghali se había mostrado «optimista» sobre las medidas cautelares, afirmando que adolecían de «falta de solidez». «Es como solicitar ahora, de acuerdo con lo que hay en los autos, que se ponga a nevar en Madrid», ilustró.
Fines políticos
Con todo, Ollé entiende que la comparecencia judicial «ha ido muy bien» porque «se ha demostrado que son absolutamente falsos los hechos que han sido objeto de la acusación contra él».
Así, ha atribuido las acusaciones contra Ghali a «fines políticos», «para tratar una vez más de minar la credibilidad del pueblo saharaui y su lucha en el camino hacia la autodeterminación que le corresponde».
«Se ve que se ha tratado, aprovechando que estaba aquí, de utilizarlo como un trofeo o como una presa política», ha denunciado. Por ello, ha avanzado que solicitará el sobreseimiento libre de las actuaciones y la condena en costas de las acusaciones al estimar que han actuado con «mala fe» y «temeridad».
El letrado de la defensa ha destacado que Ghali ha hecho «un tremendo esfuerzo» por comparecer «voluntariamente» ante la justicia española, recalcando que sigue «muy débil».
Interrogado sobre cuánto tiempo permanecerá su cliente en España, ha indicado que habrá que esperar a que Pedraz resuelva. «Y, a partir de ese momento, (Ghali) decidirá lo que tenga por conveniente. Él está débil de salud y, en cuanto esté fuerte, él decidirá lo que tenga que hacer», ha zanjado.
Además, ha aprovechado para aclarar que entró en España con su pasaporte y subrayar que, a su llegada, «estaba más cerca de la muerte que de la vida».
1 comentario
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!!caso único en la historia judicial!!! un teléfono y una dirección en el desierto!! Te has lucido pedraz!!!