El juez da la razón a la despedida al dar como probado que se inspeccionó el contenido de la compra sin la presencia de un representante legal de los trabajadores, de otro trabajador de la empresa, o de la propia trabajadora. Así, existen dudas acerca de si fue verdaderamente la trabajadora quien introdujo los filetes de pollo extra o si, por el contrario, el resultado es atribuible a otro compañero o encargado.
Así se desprende de la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, en la que el juez estima parcialmente la demanda por despido presentada por la mujer contra un supermercado y declara la improcedencia del mismo.
Condena de esta manera a la empresa a readmitir a la trabajadora del supermercado masymas, tal y como ha indicado el abogado Javier Tarazona, el representante legal de la mujer, en las mismas condiciones laborales anteriores al despido, con abono de los salarios de tramitación hasta la notificación de la sentencia; o a indemnizarle con 22.486,94 euros.
La despedida trabajaba en la empresa, con un contrato indefinido a tiempo completo, desde septiembre de 2015. En enero de 2021, la mujer, en horario de trabajo, se sirvió y pesó los productos destinados a su propia compra. A la hora del cierre de la tienda, la jefa y otra persona efectuaron un control de compras y tickets.
El resultado fue que la trabajadora portaba un ticket de la sección de Carnicería con un pesaje de 680 gramos y un precio de 9,65 euros y posteriormente se comprobó que verdaderamente la bolsa contenía 1.215 gramos de pollo que correspondía a 12.23 euros. Es decir, 535 gramos y 2,58 euros más.
Con anterioridad al control del contenido de las compras de los trabajadores, las encargadas de la tienda cogieron de la nevera de almacenamiento la bolsa de la trabajadora y la pesaron sin su presencia.
Tras realizar la segunda comprobación en presencia de la mujer, en las oficinas del establecimiento, la trabajadora firmó un documento en el que se recogían los hechos descritos. Y el 14 de enero la despidieron alegando fraude, deslealtado abuso de confianza, robo, hurto o malversación cometidos en la empresa.
En particular, por haberse pesado ella misma la compra que iba a efectuar y por no coincidir los gramos de pollo indicados en el ticket de pesaje con los que efectivamente pesaba la mercancía, existiendo una diferencia de 535 gramos.
Frente al despido, la mujer interpuso una demanda y el juzgado le da la razón. Estima que el registro previo de la bolsa de pollo no cumplía con las garantías legales para ser válido a efectos de determinar un despido procedente, puesto que se hizo sin la presencia de un representante legal de los trabajadores, de otro empleado de la empresa o de la propia trabajadora.
Así, el juzgador no observa «seguridad y salvaguarda suficiente» para los derechos de la trabajadora y ve dudas acerca de si fue verdaderamente la trabajadora quien introdujo los filetes de pollo extra o si, por el contrario, el resultado es atribuible a otro compañero o encargado.
Así mismo, respecto al hecho de que la trabajadora pesara su propia compra sin acudir a otro trabajador, según el protocolo que indicaron las encargadas de la empresa demandada, el juez ve igualmente improcedente el despido en tanto en cuanto la conducta no alcanza las notas de gravedad suficiente para determinar la máxima sanción recogida en el convenio colectivo de aplicación.
14 comentarios
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Buen pollo han montado todos.
Trabajo con dinero desde hace unos 15 años y es muy habitual estos casos que hacen pequeñas trampas durante muchos meses hasta que les pillan y les echan "por 2€" "por coger unas monedas perdidas en el suelo" o cualquier minucia. Como noticia es llamativo, la realidad es que fácilmente pueden haber llegado a 300 o 400€
Pues a mí me ha pasado muchas veces el caso contrario; cobrarme las bananas a precio de plátano (mucho más caros); pesar y cobrar los calabacines a precio de uva; en la pescadería dejarse fuera de la bolsa las gambas pero sí cobrármelas; o los casos más frecuentes: cobrar un precio más caro que el que indican en la etiqueta, alegando que está equivocado o que no han tenido tiempo de modificarlo. Y no por ello se monta el "pollo" como el que le han montado a esta empleada.
No me salen las cuentas... 680g = 9,56€ (14,06€/kilo), pero los 535 de excedente sólo 2,58€ (4,82 €/kilo)... yo creo que el problema no son los 2,58 sino que realmente llevaba casi el doble de pollo de lo que pesó y que apuntó lo que le dio la gana. No son los 2 € y pico sino que esta persona hacía lo que le daba la gana con un tema muy serio como es el dinero de los demás.
Viendo a la gente defendiendo a alguien que se lleva lo que no es suyo...entiendo que tengamos los políticos que tenemos. 2 millones o 2€, robar es robar. Me quedo bastante tranquilo, tenemos exactamente lo que merecemos.
Empleados chorizos y sinverguenzas protegidos por la justicia española...nada nuevo
valYa das por hecho que lo hizo, cuando la Justicia ha dicho alto y claro que ponen en duda la versión del supermercado, porque si hubiera sido así habrían actuado conforme a las reglas pertinentes y no lo hicieron ¡¡Viva la presunción de inocencia!! algo que veo que desconoces.
Esto tiene trasfondo seguro, mobbing o lo que sea, de vergüenza la cadena del supermercado, si fuese de aquí es para hacer boicot contra esta empresa. Menudos encargados tiene esta empresa, se les tendría que caer la cara de vergüenza, pero eso seguro que no la tienen.
Hace años, trabajaba yo en caprabo como ayudante de frutería. La jefa de frutería, una señora mayor la cual durante mucho tiempo estuvo robando a la empresa, cogía una bolsa, la llenaba de fruta y en la parte superior ponía la fruta picada, se lo autopesaba y le ponía precio de merma alegando que ella se la llevaba para sus animales o para hacer confitura. Cada semana caían 3 o 4 bolsas enteras hasta que la pillaron, no digo que esté sea el caso, pero bien podría ser, 2€ hoy, 2 o 3 más mañana y así sucesivamente.... id haciendo la cuenta
No digo que sea el caso, pero yo sí he trabajado en hipermercados y sí he visto a gente jugándose (y perdiendo) el empleo por robar pequeñas cantidades o por aprovecharse de cosas como los descuentos de empleado. Normalmente se trata de gente que lo hace durante un tiempo y como ve que le sale bien lo normaliza como si fuera algo inherente a su empleo.