La también exministra ha presentado un escrito en la Audiencia Nacional, donde ha llegado minutos antes de las 10:00 horas acompañada de sus abogados para declarar como investigada por esta supuesta operación «parapolicial» presuntamente urdida desde el Ministerio del Interior en 2013 en busca de documentos que guardaba Bárcenas y que podrían comprometer al partido y sus dirigentes.
En su escrito, fechado este mismo 29 de junio y al que ha tenido acceso Efe, pone de relieve las «numerosas contradicciones» de Bárcenas a lo largo de sus declaraciones, tanto en esta causa, en la que tiene la condición de perjudicado, como en otras como Gürtel, por la que cumple condena.
Cuestiona especialmente su versión sobre el supuesto «pendrive» que dice que le desapareció del estudio de su mujer y que, según él, guardaba dos grabaciones que efectuó: una al expresidente del Gobierno Mariano Rajoy en la que presuntamente se le oiría triturando parte de la presunta contabilidad b del partido; y otra al ex secretario general del PP Javier Arenas.
Ante información «tan sensible», para Cospedal «no resulta en absoluto creíble» que Bárcenas «no mostrara el más mínimo interés en recoger las 27 cajas» de la sede del PP, «que pasaran casi dos meses» hasta que ordenase su recogida a su chófer, Sergio Ríos, presuntamente captado como confidente policial en Kitchen; o que «esperara un año y medio para cerciorarse de que el supuesto 'pendrive' había desaparecido».
Tampoco que no lo aportase al juez en su declaración de julio de 2013, cuando ya habían salido a la luz los denominados «papeles de Bárcenas», ni informase de su desaparición cuando se aportó.
Pero Cospedal, imputada en Kitchen por delitos de cohecho, malversación y tráfico de influencias, también carga contra el equipo de la UDEF que investigó los «papeles de Bárcenas», a quien acusa de tener un «sesgo incriminatorio», y especialmente contra el inspector jefe que dirigió esas pesquisas, Manuel Morocho.
Su defensa, ejercida por Jesús Santos, abogado que ha representado al PP en casos como Gürtel o la presunta caja b, rebate que la adscripción de Morocho a la Dirección Adjunta Operativa (DAO) -que este enmarcó en las presiones que dijo haber sufrido- tuviese alguna «incidencia» sobre su labor investigadora, dado que «ya había concluido la instrucción de ambas piezas relacionadas» con Bárcenas.
Para demostrar la «absoluta falta de credibilidad» de Bárcenas aporta transcripciones de diferentes declaraciones del extesorero, alguna «asumida acríticamente» por la UDEF, y le acusa de dar «la decimocuarta versión de los hechos» en el marco del caso Kitchen.
También incluye informes de la Intervención General de la Administración del Estado que, dice, «ponen en tela de juicio la credibilidad de los papeles de Bárcenas» o diferentes sentencias que, subraya, recogen «la ausencia de credibilidad» del extesorero.
Cospedal declara este martes ante las sospechas del juez de que su intervención y la de su marido, Ignacio López del Hierro (citado este miércoles) pudo ser «decisiva» para captar como confidente en Kitchen al chófer de Bárcenas, a través de Andrés Gómez Gordo, policía de máxima confianza de la exministra.
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