En un acto institucional, la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, ha apostado por «aprovechar el trabajo bien hecho» en los centros vascos como base para las mejoras que una gestión «más cercana» va a «traer aparejadas». Además, ha reivindicado que se trata de «una muy significativa competencia» del Estatuto de Gernika.
Según ha precisado, la perspectiva de género, la atención a las víctimas y la defensa de los derechos humanos, modernización de la justicia y la cercanía a los colectivos más vulnerables son «los ejes» de su Departamento, a los que a partir de hoy se suman «la vocación por lograr la reinserción sociolaboral de los presos desde una perspectiva formativa».
También ha prometido implantar un modelo con medidas de seguridad que apuesten por el «carácter terapéutico y educativo». En este sentido, ha añadido que las medidas se tomarán «bajo la inspiración de los estándares internacionales de protección de los derechos humanos».
Artolazabal ha presidido en el centro penitenciario de Basauri, en Vizcaya, un acto institucional con el que se ha simbolizado la asunción de la competencia en materia penitenciaria. Allí, ha descubierto las placas que identifican la prisión como infraestructura del Gobierno Vasco y el escudo con el logotipo de la administración vasca.
La consejera ha acudido acompañada por el equipo del Departamento de Justicia, encabezado por la viceconsejera, Ana Agirre, el director de Justicia, Eugenio Artetxe, y el asesor en materia penitenciaria Jaime Tapia. También han asistido los directores de las tres prisiones de Euskadi, Vicenta Alonso (Basauri), Benito Aguirre (Zaballa) y Marian Moreno (Martutene), a los que la consejera ha ratificado en sus cargos.
A su llegada, la consejera y su equipo se han acercado a saludar algunos de los trabajadores que se encontraban allí, tras lo que ha dado comienzo el acto institucional en el que Artolazabal ha destacado que la jornada de hoy es «un día histórico» al hacerse realidad, cuarenta años después, una «muy significativa competencia» del Estatuto de Gernika, pero también «una jornada más de trabajo y servicio público» con el fin que los internos «no noten diferencias en su día a día».
La consejera ha reconocido que «poner en marcha y consolidar un modelo penitenciario propio requerirá de su tiempo» y ha precisado que es «muy importante no dar pasos en falso». En esta línea, ha incidido en que, en este recorrido, es «clave saber aprovechar el trabajo bien hecho en los centros penitenciarios vascos desde hace ya tiempo» ya que, con esa base, se puede trabajar para hacer realidad las mejoras que una gestión «más cercana» va a «traer aparejadas» como, según ha subrayado, ha sucedido con otras transferencias.
En este sentido, ha manifestado que el modelo penitenciario vasco, cuyas bases fueron aprobadas «por amplio consenso» en el Parlamento, «echa a andar» este viernes «sin prisa pero sin pausa» con «una hoja de ruta clara» y con el modelo vasco de Justicia juvenil como «espejo».
Artolazabal ha afirmado que «hoy mismo» se empezará a trabajar «en equipo», del que también «pasan a ser parte» las personas que hasta ahora han trabajado en las prisiones vascas, y ha agradecido a los tres directores de las prisiones vascas su ayuda «para aterrizar en un campo tan complejo como la gestión penitenciaria».
«Nos ponemos desde hoy a trabajar para garantizar una transición ordenada desde un criterio de continuidad con los anteriores procedimientos de trabajo. Nos ponemos al mismo tiempo a dictar instrucciones y órdenes de servicios que la ejecución de penas y medidas privativas de libertad requieren. Reordenamos, refundimos, adaptamos y sobre todo incorporamos criterios que responden a los principios y líneas estratégicas que conforman las bases para la implantación del modelo penitenciario en Euskadi», ha señalado.
Asimismo, la consejera se ha referido a la iniciativa Aukerak, la Agencia Vasca para la Reinserción Laboral, que se aprobó ayer por amplia mayoría en el Parlamento Vasco. «Su propio nombre (oportunidades) ya es una declaración de intenciones», ha apuntado.
Una vez concluido el acto institucional, Artolazabal se ha reunido con los directores de los centros penitenciarios de Basauri, Martutene y Zaballa, un encuentro en el que ha entregado a los responsables de las tres prisiones vascas tres documentos, que han sido analizados.
La consejera y los directores han abordado el manual de régimen interior y seguridad, que proporciona una cobertura jurídica al Cuerpo de profesionales penitenciarios. «Tratamos de evitar una actitud defensiva en la aplicación de medidas de seguridad, apostando por medidas de carácter terapéutico y educativo», ha explicado Artolazabal. En este sentido, ha añadido que las medidas se tomarán «bajo la inspiración de los estándares internacionales de protección de los derechos humanos».
El segundo documento que han abordado es el manual de gestiónpenitenciaria, que garantiza el ejercicio de los derechos de las personas privadas de libertad y procura la rehabilitación social, «apostando por un sistema de ejecución penal humanitario».
Por último, han evaluado el manual de intervención penitenciaria, en el que se recopilan los actuales programas de intervención para prever que en el futuro se vayan incorporando nuevas iniciativas, «especialmente en el impulso del programa de justicia restaurativa».
En la actualidad, la población interna en los tres centros penitenciarios vascos se eleva a 1.387 personas, 778 en Zaballa, 326 en Basauri y 283 en Martutene. Del total, 80 son mujeres, 56 de ellas en el centro alavés y 24 en el guipuzcoano. En cuanto a los presos en régimen abierto, hay 99 en Martutene, 90 en Zaballa y 185 en Basauri.
La plantilla actual de las tres prisiones de Comunidad Autónoma Vasca es de 593 personas, de las que 469 son hombres y 124, mujeres. Entre los funcionarios que han acudido al acto simbólico en Basauri, han mostrado su disposición a trabajar para implantar el modelo impulsado por el Gobierno Vasco, con el que es «probable» que a partir de ahora cambie la manera en que vienen trabajando.
En palabras de uno de ellos, José Miguel Monreal, se trata de una etapa «ilusionante» en la que se tiene «la oportunidad de cambiar y hacer las cosas mejor». En todo caso, ha señalado que la relación con los reclusos va a seguir siendo «buena, profesional, y en el cumplimiento de objetivos marcados por el Gobierno Vasco».
Respecto al acuerdo sobre condiciones laborales alcanzado recientemente, ha recordado que es un acuerdo «transitorio», a la espera de del definitivo que desea que sea «satisfactorio».
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