El cardenal arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Juan José Omella, ha pedido «perdón» por las «incoherencias» de los miembros de la Iglesia, incluidos los propios obispos, con las que contribuyen «no sin escándalo» a la «falta de confianza en la jerarquía». «Es cierto que la fe va perdiendo presencia en la cultura ambiental de nuestro país. Lo cual también está provocado, tenemos que reconocerlo, por las inconsistencias internas de la Iglesia y de los cristianos, y también hay que decirlo claro, de nosotros, los propios pastores de la Iglesia, y por ello pido perdón», ha subrayado Omella.
Así se ha pronunciado este lunes 15 de noviembre durante el discurso inaugural de la CXVIII Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española, que reúne a los obispos españoles, durante esta semana en Madrid y que, en esta ocasión, concluirá en Santiago de Compostela, donde los obispos peregrinarán el viernes 19 de noviembre con motivo del Año Jubilar Compostelano. Durante el encuentro, uno de los temas que abordarán los prelados será, precisamente, las distintas propuestas del Servicio de coordinación y asesoramiento para las Oficinas de protección de menores frente a los abusos sexuales.
En el discurso de apertura, Omella ha reconocido «falta de testimonio e incoherencias», así como «divisiones y falta de pasión evangelizadora» por parte de los miembros de la Iglesia. «En no pocas ocasiones contribuimos, no sin escándalo, a la desafección y a la falta de confianza en la jerarquía, en la propia Iglesia», ha indicado.
También ha pedido «perdón» por «la corrupción dentro de la Iglesia» que les «duele muy de veras». «Pedimos perdón a Dios, a las víctimas y a la sociedad, a la par que trabajamos por su erradicación y prevención el desafío evangelizador nos reclama», ha añadido. Si bien, el cardenal ha precisado que, a pesar de sus «infidelidades», el Espíritu Santo continúa actuando en la historia y mostrando su potencia vivificante» y tienen que seguir afrontando los temas actuales. Así, ante la pregunta '¿Cómo evangelizar en España hoy?', Omella ha respondido que «para que el Evangelio cale, es necesario que las personas --sean jóvenes o adultas-- se planteen las grandes preguntas existenciales».
No obstante, ha apuntado que en la actualidad «muchos españoles no se las plantean» porque viven «distraídos por muchos estímulos pasajeros». «Los seres humanos vivimos acelerados y llenos de distracciones. Para poder acoger el Evangelio primero es necesario vaciarse un poco de tantas cosas insulsas que están parasitando nuestra existencia», ha propuesto. En cualquier caso, se ha mostrado convencido de que «tarde o temprano, el ser humano hace experiencia de la insatisfacción que le produce este modelo de vida superficial» y ha explicado que es entonces cuando la Iglesia ha de «estar cerca» para «escucharlo y acompañarlo sin juzgarlo ni condenarlo».
2 comentarios
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Dicen en el artículo que debemos hacernos las grandes preguntas existenciales. Ahi van algunas: ¿por qué un Dios, omnipotente y omnisciente, necesita que unos simios evolucionados lo adoren? ¿Por qué, si todo lo puede, permite la maldad? ¿Por qué si todas las religiones creen en un Dios pacífico y que que predica el amor, han causado más muertes y torturas que los mismos nazis? Solo con que me respondieran a esas tres me daría por satisfecho.
Correcto, es un primer paso. Ahora falta el segundo, tal y como ha hecho la iglesia francesa, indemnizar a las víctimas. Qué son miles, pero la iglesia tiene muchísima pasta. Con las inmatriculaciones que autoritzo Aznar, se han quedado con mucho patrimonio que antes era del pueblo. Lo de a Dios rogando y por allí dando no puede salir gratis.