El nuevo arzobispo castrense y hasta ahora obispo auxiliar de Pamplona y Tudela, Juan Antonio Aznarez (i), acompañado por el Arzobispo de y Tudela, Francisco Pérez ,momentos antes de dar comienzo la rueda de prensa que han ofrecido este lunes. | Efe - Villar López

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El cardenal arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Juan José Omella, ha pedido «perdón» por las «incoherencias» de los miembros de la Iglesia, incluidos los propios obispos, con las que contribuyen «no sin escándalo» a la «falta de confianza en la jerarquía». «Es cierto que la fe va perdiendo presencia en la cultura ambiental de nuestro país. Lo cual también está provocado, tenemos que reconocerlo, por las inconsistencias internas de la Iglesia y de los cristianos, y también hay que decirlo claro, de nosotros, los propios pastores de la Iglesia, y por ello pido perdón», ha subrayado Omella.

Así se ha pronunciado este lunes 15 de noviembre durante el discurso inaugural de la CXVIII Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española, que reúne a los obispos españoles, durante esta semana en Madrid y que, en esta ocasión, concluirá en Santiago de Compostela, donde los obispos peregrinarán el viernes 19 de noviembre con motivo del Año Jubilar Compostelano. Durante el encuentro, uno de los temas que abordarán los prelados será, precisamente, las distintas propuestas del Servicio de coordinación y asesoramiento para las Oficinas de protección de menores frente a los abusos sexuales.
En el discurso de apertura, Omella ha reconocido «falta de testimonio e incoherencias», así como «divisiones y falta de pasión evangelizadora» por parte de los miembros de la Iglesia. «En no pocas ocasiones contribuimos, no sin escándalo, a la desafección y a la falta de confianza en la jerarquía, en la propia Iglesia», ha indicado.

También ha pedido «perdón» por «la corrupción dentro de la Iglesia» que les «duele muy de veras». «Pedimos perdón a Dios, a las víctimas y a la sociedad, a la par que trabajamos por su erradicación y prevención el desafío evangelizador nos reclama», ha añadido. Si bien, el cardenal ha precisado que, a pesar de sus «infidelidades», el Espíritu Santo continúa actuando en la historia y mostrando su potencia vivificante» y tienen que seguir afrontando los temas actuales. Así, ante la pregunta '¿Cómo evangelizar en España hoy?', Omella ha respondido que «para que el Evangelio cale, es necesario que las personas --sean jóvenes o adultas-- se planteen las grandes preguntas existenciales».

No obstante, ha apuntado que en la actualidad «muchos españoles no se las plantean» porque viven «distraídos por muchos estímulos pasajeros». «Los seres humanos vivimos acelerados y llenos de distracciones. Para poder acoger el Evangelio primero es necesario vaciarse un poco de tantas cosas insulsas que están parasitando nuestra existencia», ha propuesto. En cualquier caso, se ha mostrado convencido de que «tarde o temprano, el ser humano hace experiencia de la insatisfacción que le produce este modelo de vida superficial» y ha explicado que es entonces cuando la Iglesia ha de «estar cerca» para «escucharlo y acompañarlo sin juzgarlo ni condenarlo».