La Policía investiga una rama del caso Villarejo en la que podría estar implicado Felipe González

Entre ellos figura «pelo blanco», que la Policía identifica con Felipe González; «Eric», en referencia a Eric Bergasa, yerno del expresidente; o «mago», vinculado al exjuez Baltasar Garzón, cuyo nombre ya ha aparecido en la causa ante la posibilidad de que los investigados hubiesen tratado de contratarle. Las referencias a «pelo blanco» aparecen principalmente en las conversaciones entre el abogado Maestre con el empresario Armando Mateo Flandorfer, ambos investigados; y la primera se remonta a junio de 2017 cuando el segundo le comunica que le han llamado «los ratones» (los hermanos Pérez Maura) «para el pelo blanco». «Y si le pedimos al del pelo blanco que vaya a Guate», sugiere el empresario, si bien el abogado le contesta: «No bebas más esta noche Cómo le vas a pedir a un icono que se meta en un charco como ese? (sic)».

«Pero F es nuestro gran asset (activo) para los próximos meses. Tenemos que manejarlo con mucha astucia papito (...) Hay que convencerlo como sea y llevarlo a NY», responde Armando Mateo, quien ya en julio, le comunica «una buena noticia»: «El del pelo blanco está on board (a bordo)» «Precio?», pregunta Maestre, y la respuesta es: «El que nosotros le queramos dar». El informe va recogiendo más conversaciones hasta llegar al 26 de octubre, cuando el abogado Maestre aclara: «(...) Nosotros tenemos que centrarnos con los ratones (Pérez Maura) en el tema del del pelo blanco para soltar al hippy y después de eso Tintoretto esas son nuestras bazas».

El «hippy», según el índice del informe, sería Juan José Suárez Messeguer, un empresario español presuntamente implicado en el caso de corrupción por el que se pedía la extradición de Pérez-Maura y a quien el hijo de Villarejo; su socio, Rafael Redondo; y el inspector jubilado Antonio Bonilla, fueron a visitar a prisión, según el sumario de la causa. Maestre insiste en que «por todo los medios» deben «zanjar el asunto del peligro que se quiebre el hippy» y pide reiteradamente a su interlocutor que se concentre en lo del «pelo blanco» porque «lo urgente es el hippy».

Su ventaja, dice en otro mensaje del 27 de agosto de 2017, es «vender al del pelo blanco y su capacidad de navegar en este tipo de aguas». El 12 de septiembre, Maestre anuncia que «lo van a contratar». Durante el informe, el abogado va aconsejando al empresario Flandorfer, que es quien tendría contacto con el yerno de González, cómo actuar frente a los Pérez Maura, y se muestra desconcertado cuando éste le dice que Eric Bergasa no "va a aceptar» hablar con los navieros en nombre de su suegro. «Quien es Eric (...) esto es como contratar a Fernando Alonso y que corra su yerno (sic)», le espeta en una ocasión Maestre. Su interlocutor le aclara que así «pblanco no aparece. Está en la sombra», pero el abogado le advierte: «Dady es otra mentira». Aunque a finales de agosto, Maestre habló de una cantidad - "250 fijo, 450 una vez que el hippy salga a su casa y 550 cuando llegue a España-", días más tarde sugiere al empresario que diga a los Pérez Maura «que F se ha sentido muy molesto por el choteo» y que «se lo va a repensar».

Más tarde y molesto con los Pérez-Maura, Maestre sugiere que Flandorfer les diga que había hablado con «F» y le había dicho sus «condiciones»: «500 a la firma 300 a la salida a casa y 50p a la vuelta a España y además todos sus gastos de billetes y alojamiento para el que su tío de seguridad y su yerno...Si os gusta bien y si no nos olvidamos pq yo soy F (sic)». Así se van sucediendo las conversaciones a lo largo del informe hasta que el 25 de octubre el empresario avisa a Maestre de que Bergasa le va a mandar «a la mierda» y que cree que deben «romper». «Estoy quedando fatal con Felipe», añade, y el abogado le contesta: «Sí yo creo que debemos romper». Pero el informe recoge conversaciones días más tarde, ya en diciembre, en las que Maestre le da indicaciones para cobrar «lo de la segunda parte del del pelo blanco» Según Asuntos Internos, el 27 de diciembre constaría un pago de 151.250 euros, «correspondiente a lo que los investigados denominan 'la segunda factura de pelo blanco'».