El objetivo de las intensas conversaciones que ha mantenido este martes el sector mayoritario era intentar consensuar un único candidato --bien Conde-Pumpido, bien Balaguer-- que someter a la votación del Pleno convocado para las 13.00 horas del miércoles, precisamente, para elegir a los magistrados que ocuparán la Presidencia y la Vicepresidencia del TC tras la partida de sus anteriores titulares, Pedro González-Trevijano y Juan Antonio Xiol, respectivamente. Sin embargo, las fuentes explican que no ha sido posible porque ambos se mantienen firmes en su intención de conquistar la Presidencia y porque ninguno parece reunir en estos momentos los apoyos suficientes para alzarse con la victoria en la votación de mañana.
Así las cosas, el escenario está «abierto», aseguran. Hasta ahora, ninguno de los dos figuraban como candidatos formales, pero Conde-Pumpido es percibido como el aspirante nato para el cargo, por ser el de mayor antigüedad y edad del bloque progresista, y Balaguer ya destapó hace meses su intención de competir también por el puesto como candidata de consenso entre las dos corrientes del Constitucional.
Y ello porque, de acuerdo con las fuentes consultadas, el sector conservador --ahora con una minoría de cuatro magistrados-- se inclina por respaldar a Balaguer, lo que la adjudicaría esos votos. De momento, no está claro cuántos apoyos podría sumar en su propio bando, donde los magistrados Ramón Sáez, Inmaculada Montalbán y los recién llegados Juan Carlos Campo y Laura Díez serían más proclives a Conde-Pumpido, de modo que el voto clave sería el de María Luisa Segoviano.
Por su parte, el bloque conservador también ha mantenido contactos internos para acabar lanzando la candidatura a la Vicepresidencia de Enríquez, actual presidente interino del Constitucional, por ser el de mayor antigüedad y edad de todo el tribunal. La norma no escrita que se ha venido aplicando en los últimos años --no siempre ha sido así-- marca que la Vicepresidencia recaiga sobre un magistrado del sector minoritario, para que las dos almas del TC estén representadas en su cúpula.
La Ley Orgánica del Tribunal Constitucional (LOTC) establece en su artículo 9 que el presidente y el vicepresidente de la corte de garantías se elegirán en una votación de carácter secreto que se resolverá por mayoría absoluta y, en caso de tener que repetirse, a favor de quien obtenga más votos. Si el empate persiste, «se efectuará una última votación y, si éste se repitiese, será propuesto el de mayor antigüedad en el cargo y, en caso de igualdad, el de mayor edad», es decir, Enríquez.
Cabe recordar que en el Tribunal Constitucional se ha producido un giro radical en el equilibrio de fuerzas, que ha pasado de una mayoría conservadora (de 6 magistrados frente a 5) a una progresista (de 7 a 4).
El vuelco tuvo lugar el lunes, cuando los cuatro nuevos magistrados --Campo y Díez, propuestos por el Gobierno; y Segoviano y César Tolosa, designados por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ)-- tomaron posesión de sus cargos, consumando así una renovación parcial del TC que estaba pendiente desde el 12 de junio. Campo, ex ministro de Justicia, y Díez, ex alto cargo de Moncloa, reemplazaron a González-Trevijano y Antonio Narváez, nombrados en su día por el Ejecutivo de Mariano Rajoy; mientras que Segoviano, ex presidenta de la Sala de lo Social del Tribunal Supremo (TS), y Tolosa, hasta ahora presidente de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del TS, dieron el relevo a Xiol y Santiago Martínez-Vares, que fueron postulados por el CGPJ.
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