Las labores de extinción se concentran en el concejo de Valdés, donde la autovía A-8 y la carretera N-634, que comunican Asturias y Galicia, permanecen cortadas en ambos sentidos sin desvíos alternativos, al igual que la N-632, que une Valdés y Ribadesella, y las carreteras autonómicas AS-14, AS-351 y AS-219. A las labores de extinción se han incorporado hoy otra sección de la Unidad Militar de Emergencias con 50 efectivos y 20 vehículos que se han sumado a los 95 militares y 40 medios que ya trabajan en la región.
Además, también se ha sumado otra Brigada de Refuerzo de Incendios Forestales desplazada desde Tabuyo, en León, con lo que ya son tres las BRIF desplegadas sobre el terreno junto con la de Tineo y otra procedente de Cáceres. En el operativo, que con ello sumará en torno a 700 efectivos, trabajan también los Bomberos de Asturias, efectivos de empresas forestales, la guardería del medio natural, voluntarios de Protección Civil, además de personal especializado en la investigación del origen de los fuegos.
Las autoridades coinciden en que el origen de la oleada de incendios ha sido intencionado, como en otros episodios similares registrados en 2015 y 2017, en los que la Guardia Civil y la Fiscalía constataron que el 80 por ciento de los focos habían sido intencionados. La delegada del Gobierno en Asturias, Delia Losa, afirmó ayer que la Guardia Civil tiene «claro» que muchos de los incendios han sido intencionados y «está investigando a posibles sospechosos», aunque aún carece de los «datos suficientes para proceder a detenciones». Losa garantizó que, en el momento en que se compruebe la implicación de alguna persona, caerá sobre ella «todo el peso de la ley», porque provocar un incendio supone «un atentado contra Asturias, contra la biodiversidad y contra las personas».
En el mismo sentido, el presidente del Principado, Adrián Barbón, aseguró que «toda la contundencia de la ley» recaerá sobre «los terroristas del fuego» que están «quemando Asturias» para que paguen por el daño causado «de forma rotunda». Barbón, quien abogó por endurecer las penas establecidas en el Código Penal para estos «criminales», insistió en que «está claro» que los fuegos «son intencionados», al menos en el 90 por ciento de los casos, y que «la cuestión es determinar el quién».
Las labores de extinción se vieron dificultadas ayer y antes de ayer por la ausencia de lluvias, las altas temperaturas y, sobre todo, por las fuertes rachas de viento, de más de 100 kilómetros por hora. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) prevé para este viernes algunas lluvias débiles y chubascos dispersos, pero en el occidente, la zona más castigada por los incendios, seguirán soplando rachas de viendo muy fuertes.
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