El rey Juan Carlos en una imagen de archivo. | Reuters

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La mañana de este jueves ha saltado la noticia de que el rey Juan Carlos I tendría una hija secreta de una relación con una aristócrata. Según el adelanto del libro King Corp., el imperio nunca contado de Juan Carlos I, de los periodistas José María Olmo y David Fernández, Alejandra nació a finales de los 70 o principios de los 80 y nunca ha reclamado ningún tipo de derecho sucesorio. Uno de los autores, Olmo, ha acudido este mismo jueves a El programa de Ana Rosa y ha dado más detalles sobre cómo descubrieron la noticia: «Empezamos a investigar en el entorno del rey, pero varias personas nos dijeron que no sabían nada».

Tras meses de búsqueda lograron que tres fuentes les confirmasen la información: una examante del rey emérito, un empresario amigo de Juan Carlos I y un antiguo novio de Alejandra. «Nos pusimos en contacto con la afectada, para ver si quería reconocerlo, pero su entorno nos dijo que prefería seguir en el anonimato. Por este motivo no pusimos el apellido, para preservar la voluntad de Alejandra», ha explicado el periodista en Telecinco. A pesar de todo, a las pocas horas se ha filtrado en medios como Público el nombre de la madre de Alejandra: Charo Palacios, musa de Elio Berhanyer y segunda mujer de Eduardo de Rojas y Ordoñez, conde de Montarco.

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Fuentes del entorno del emérito han negado a la agencia Efe que Alejandra sea su hija y critican que no se ha aportado «ni una prueba, ni un dato, ni un testimonio de nadie». La revelación de la supuesta cuarta hija del emérito ha generado comentarios en los pasillos del Congreso durante toda la mañana, aunque mayoritariamente los dirigentes políticos han optado por no pronunciarse. Oficialmente Juan Carlos I es padre, junto a la reina Sofía, de Felipe VI, Cristina y Elena. Eso sí, a lo largo de los años se han relacionado otros dos nombres con el monarca, con el caso de Alejandra tres, fruto de sus supuestas relaciones fuera de su matrimonio.

Albert Solá e Ingrid Sartiau son los casos que han saltado al foco mediático y ambos recurrieron a la justicia con el objetivo de ser reconocidos como hijos naturales del entonces monarca español, aunque ninguno de los dos lo logró. Ingrid, nacida en Bélgica en 1966, asegura que cuando tenía 46 años su madre le confesó que el emérito era su progenitor. En 2014 la sala del Supremo admitió a trámite la demanda de paternidad pero un año después, en 2015, el alto tribunal rechazó el caso por siete votos contra tres.

El caso que más expectación ha generado ha sido el de Solà, nacido en Barcelona en 1956. Albert llevaba décadas reclamando la paternidad de Juan Carlos I y, tras conceder una entrevista a Carlota Corredera en ¿Quién es mi padre?, murió repentinamente en un bar de La Bisbal de l'Empordà en 2022. En su libro El monarca de la Bisbal contaba que mandaron a su madre a Suiza cuando estaba embarazada y a los siete años fue dado en adopción a unos agricultores. Cuando intentó investigar sus orígenes, descubrió que aparecía como «chupete verde», un calificativo que se daba a los bebés ilegítimos de sangre real. En 2012 interpuso una demanda de paternidad contra el rey Juan Carlos que fue desestimada; con la abdicación del emérito lo volvió a intentar y el Tribunal Supremo tumbó el caso.