El secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, se reúne con la delegación de parlamentarios alemanes que han viajado a España para conocer la situación del Parque nacional de Doñana. | Efe - Borja Sánchez-Trillo

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Los parlamentarios alemanes que iban a visitar Doñana para conocer la situación de los regadíos en el Parque Nacional han renunciado de momento al viaje dado el peso político que el mismo ha adquirido en España, en pleno boicot a la fresa española desde Alemania y a pocos días de conocerse el adelanto electoral. «La Comisión de Medio Ambiente, Protección de la Naturaleza, Seguridad Nuclear y Protección del Consumidor del Bundestag alemán ha decidido renunciar por el momento a su largamente planeado viaje a Andalucía», según un comunicado de este organismo.

Según detallan, el objetivo del viaje era intercambiar experiencias y recabar información sobre un tema que interesa a los dos países, «el cambio climático y sus consecuencias». El texto añade que «las relaciones germano-españolas se caracterizan por un profundo respeto mutuo por las instituciones y procesos democráticos de la otra parte». «Nuestros dos países están unidos por una amistad basada en la confianza que ha ido creciendo a lo largo de los años. Confiamos en poder continuar este intercambio en el futuro», de acuerdo al texto del comunicado.

El tema de los regadíos en Doñana viene enfrentando desde hace meses al Gobierno central con la Junta de Andalucía, especialmente por el cultivo de fresas en la zona colindante al parque nacional. La situación se recrudeció aún más hace unos días, después de que la Junta Directiva de la organización agraria Asaja solicitara la dimisión de la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, «por sus mensajes alentando al boicot de las fresas de Huelva», al conocerse la campaña de una organización ciudadana alemana para exigir a las cadenas de supermercados de aquel país que no vendan fresas de España para no contribuir a la desecación del Parque Nacional.

A pesar de la cancelación de la visita a Doñana, el secretario de Estado español de Medio Ambiente, Hugo Morán, se ha reunido este mediodía con los parlamentarios alemanes en la sede del Ministerio para la Transición Ecológica, en Madrid. Previamente, Teresa Ribera, en declaraciones a los medios, se desvinculaba de dicha visita y argumentaba que el viaje era «costumbre habitual» y «transparente» entre los representantes del Bundestag y que la idea procedía directamente del Parlamento alemán.

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El tema de Doñana es «un asunto enormemente importante para los españoles, para los europeos y para el conjunto de los defensores del medio ambiente», ha argumentado la ministra. Ha añadido que lo que corresponde en estos momentos es «resolver el asunto» dentro de las propias fronteras españolas, «en donde se ha generado el problema, en el Parlamento andaluz», al que ha pedido dar «un paso atrás».

En su opinión, «la propuesta de regadío llevada al Parlamento andaluz se ha hecho sin ningún tipo de consenso, sin prestar atención a la ciencia, a la protección de Doñana, en un espacio considerado una catedral del medio ambiente». En la misma línea se ha pronunciado el ministro de Agricultura, Luis Planas, para quien la visita de los diputados alemanes «no tiene nada que ver con el Gobierno de España», sino que responde a la iniciativa «disparatada» del PP y Vox de Andalucía de ampliar regadíos en zonas sin agua y en contra de la legislación europea.

Por su parte, la Junta de Andalucía ha criticado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a quien ha dicho que le ha «salido el tiro por la culata» tras la decisión de los parlamentarios alemanes de renunciar a su visita a Doñana.

Así lo ha asegurado el consejero andaluz de Sostenibilidad y portavoz, Ramón Fernández-Pacheco, que antes de conocer la suspensión de la visita de los parlamentarios alemanes había acusado al Gobierno de Sánchez de cometer una «gran traición» y una «gran irresponsabilidad», al considerar que había alentado la «campaña de bulos» en contra de la agricultura onubense convirtiendo al «campo andaluz en un campo de batalla electoral permanente».