En esos cinco días que duró la campaña anual de vigilancia y control de estos vehículos, los agentes controlaron más de 3.500 autobuses, de los que algo más del 45 % (1.622) fue sancionado, ha informado la Dirección General de Tráfico (DGT). Como es habitual, las irregularidades administrativas son las que mayor número de denuncias han generado, entre ellas, 825 por no disponer de la autorización especial para realizar transporte escolar y 423 por no tener suscrito un seguro de responsabilidad ilimitada, tal y como exige la ley.
Ninguno de los conductores de transporte escolar controlados durante la campaña dio positivo a alcohol, aunque 14 de ellos sí lo hicieron a otras drogas y 5 fueron sancionados por incumplir los límites de velocidad establecidos. Respecto al uso del cinturón de seguridad en aquellos vehículos que los llevan incorporados, en 51 de ellos no se hacía uso de ellos por presentar anomalías en su funcionamiento.
Una cifra que ha crecido un 1,6 % con respecto a la última campaña desarrollada en diciembre de 2022. Además, 100 autobuses presentaban deficiencias en las puertas de servicio y emergencias, así como en sus dispositivos de accionamiento y otros 29 fueron denunciados por no tener al día la Inspección Técnica de Vehículos (ITV).
En lo que se refiere a la señalización obligatoria que deben llevar, 189 de los vehículos controlados no disponían de la correspondiente señal V-10 de transporte escolar, un porcentaje que también ha crecido en 3 puntos con respecto al de la última campaña, y otros 19 carecían del dispositivo luminoso con señal de emergencia. Asimismo, 41 conductores fueron denunciados por no llevar a bordo del autocar una persona encargada del cuidado de los menores cuando así procedía y otros 24 por exceso de tiempo de conducción o minoración del descanso.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.