Así se desprende del informe específico sobre esta cuestión elaborado por la Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE), la mayoritaria entre los miembros de la Carrera Diplomática, al que ha tenido acceso Europa Press y que ya se ha compartido con la cúpula del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación que encabeza José Manuel Albares.
El documento, realizado por un grupo de trabajo creado por la ADE el pasado marzo, ha analizado la situación de la red consular que componen 86 consulados generales, dos consulados y 92 secciones consulares de embajadas, así unos 500 consulados y vice-consulados honorarios y la ha comparado además con la labor que realizan las redes consulares de 12 países -Francia, Portugal, Japón, Alemania, Países Bajos, Italia, Estados Unidos, Reino Unido, Bélgica, Suiza, Polonia e Israel-.
Según denuncia, la «falta aguda de personal y de medios materiales» afecta «gravemente a la calidad de los servicios que se prestan a los ciudadanos», con la imposibilidad de obtener citas para algunos trámites y plazos que se prolongan el tiempo, lo cual «está repercutiendo muy negativamente en la imagen de España y de sus oficinas consulares y entraña, además, la pérdida de oportunidades de todo tipo (de inversión, de negocios, intercambios culturales...)».
En la actualidad, hay casi 3 millones de españoles residiendo en el extranjero, una cifra que prácticamente se ha triplicado desde comienzos del siglo XXI, cuando había unos 900.000, y la previsión es que haya un «aumento drástico» en el número de inscritos en los consultados por la concesión de nacionalidad en virtud de la Ley de Memoria Democrática, con hasta un millón más.
Esto «entraña el riesgo a corto plazo de colapso para muchas oficinas consulares, entre ellas gran parte de nuestros mayores consulados», ya que serán los más afectados. Así, por ejemplo, el Consulado General en Buenos Aires, el mayor de toda la red, tiene ya unos 337.000 españoles inscritos y cuando expire el plazo previsto por la citada ley (dos años con tercero prorrogable) podría sumar otros 300.000 más.
El fin del voto rogado también ha incrementado la carga de trabajo en las oficinas consulares, además de aumentar la participación de los españoles que residen en el exterior en las distintas elecciones. Son los consulados los que tienen que gestionar todo el proceso de voto en el exterior, lo que implica que «una parte sustancial de las plantillas deba dedicarse en exclusiva durante muchos días a las tareas electorales, en perjuicio del resto de servicios consulares».
2 comentarios
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Se pretende ACABAR con el prestigio de España… No se entiende otra cosa.
Socialismo igual a miseria.