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Un equipo de 60 profesionales del Hospital de Bellvitge de l'Hospitalet de Llobregat (Barcelona) ha realizado un trasplante facial pionero en el mundo procedente de una donación en asistolia controlada, es decir, de una persona fallecida por paro cardíaco.

La intervención, de una extrema complejidad técnica y organizativa fue efectuada por un equipo integrado por 10 servicios médicos y quirúrgicos distintos el pasado 19 de septiembre. Según ha informado este lunes el hospital, es el primer trasplante facial de la historia del centro y el primero en el mundo que se realiza en asistolia controlada.

Esto significa que los tejidos no se han obtenido de un donante en muerte encefálica, que es más común, sino de un donante fallecido con paro cardiorrespiratorio. En concreto, ha sido la primera vez en el mundo en el que se ha efectuado una extracción en asistolia controlada que ha permitido obtener el corazón, la cara y los riñones.

El paciente receptor de la cara es un hombre de 47 años afectado de neurofibromatosis de tipo 1, una enfermedad hereditaria que hace que se formen tumores benignos de tejidos nerviosos (neurofibromas) en la cara y otras partes del cuerpo. En este caso, el paciente sufría un neurofibroma plexiforme gigante en la mitad derecha de la cara que le provocaba graves afectaciones estéticas, psicológicas, sociales y funcionales (sufría grandes dificultades para mover la cara y tenía afectada la visión) que no tenían ningún otro tratamiento posible. Los cirujanos le extirparon el neurofibroma gigante de la cara, lo que implicó también la extracción completa del labio superior, la nariz, el párpado del ojo derecho, la mitad derecha de la cara y el cuero cabelludo derecho. A continuación, se le implantó la cara del donante, efectuando la conexión de una arteria, cuatro venas y cuatro nervios. La intervención fue un éxito y el rostro implantado adquirirá la forma de la cara del receptor al acomodarse a su estructura ósea.

El equipo estuvo encabezado por Anna López Ojeda y Oriol Bermejo, del Servicio de Cirugía Plástica y Reparadora de Bellvitge, con la coordinación del director de Trasplantes del hospital, Gabriel Moreno González. Según destaca López Ojeda, «el reto de esta intervención no sólo ha sido la complejidad de la técnica sino también la organización; ha requerido movilizar a un conjunto muy grande y heterogéneo de profesionales, y su perfecta coordinación ha sido la gran clave del éxito». En la misma línea, Bermejo ha afirmado que «hacer el primer trasplante era lo más difícil» y que, una vez logrado, el centro está «preparado para repetir la experiencia si surge la ocasión».

El trasplante de cara es una intervención quirúrgica de extrema complejidad que sólo han realizado hasta ahora 18 centros en todo el mundo. Además, el mismo día en el que se llevó a cabo el trasplante de cara, los equipos médico-quirúrgicos del Hospital Universitario de Bellvitge practicaron también un trasplante cardíaco, un trasplante hepático y un trasplante renal, sumándole una disección aórtica, una emergencia de cirugía cardíaca.