El ministro de la Presidencia. | Efe - Javier Lizón

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El ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, ha incidido este viernes en señalar que el presunto conseguidor del 'caso Koldo', el empresario Víctor de Aldama, no tiene «ninguna credibilidad» y es un «delincuente confeso» al que sólo «le ha faltado decir ser agente de la TIA», en alusión a la agencia en la que trabajaban los personajes de tebeo Mortadelo y Filemón, obra de Francisco Ibáñez.

En declaraciones a los periodistas en una atención a medios al asistir a la apertura de la Conferencia Sectorial de la Administración de Justicia que se reúne este viernes en Córdoba, el ministro se ha pronunciado así al día siguiente de que Aldama compareciera voluntariamente ante el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno para declarar por la 'trama Koldo'.

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Félix Bolaños ha considerado «bastante evidente» que la «estrategia» de Aldama es la de «reconocer todos los delitos que ha cometido y acusar sin pruebas falsamente a personas del Partido Socialista», y ha opinado que «no nos puede sorprender», porque «muchos delincuentes confesos utilizan este tipo de estrategias de reconocer sus delitos» e «intentar ensuciar a otras personas, y nadie les da credibilidad alguna», ha remarcado el ministro.

Ha llamado la atención acerca de «algunas declaraciones» de Víctor de Aldama que «ponen absolutamente en entredicho cualquier credibilidad» de las mismas, y en ese sentido el ministro ha comentado que el empresario «ha dicho ser colaborador del MI6» británico «y de la CIA». «Le ha faltado decir ser agente de la TIA», ha apostillado Félix Bolaños para incidir en que él no le da «credibilidad ninguna» a «este hombre».

Tras ello, ha apuntado que Aldama ha quedado en libertad provisional «porque ha reconocido todos y cada uno de sus delitos, pero nadie ha dado credibilidad a las declaraciones que ha hecho acusando falsamente sin pruebas a otras personas», y ha reiterado que le parece que es «una estrategia que utilizan con mucha frecuencia los delincuentes confesos», y «no debe sorprendernos», ha zanjado.