Pedro Sánchez en una imagen de archivo. | Susana Vera

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El jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, descarta someterse a una cuestión de confianza en el Congreso en contra de lo que le ha exigido este lunes el expresidente de la Generalitat de Cataluña Carles Puigdemont, cuyo partido, Junts, ha presentado una iniciativa parlamentaria con esa petición.

Ha sido en Bruselas donde Puigdemont ha anunciado la presentación de una proposición no de ley por parte de su formación política instando a Sánchez a que plantee esa cuestión de confianza con el argumento de que el presidente del Gobierno «sigue demostrando que no es de fiar».

La cuestión de confianza, tal y como recoge la Constitución, solo puede plantearla el jefe del Ejecutivo previa deliberación del Consejo de Ministros. Puigdemont ha dicho ser consciente de ello y que, por tanto, la proposición no de ley no es vinculante, pero ha defendido su petición ante lo que considera una falta de voluntad política de Sánchez de hacer efectivos «de forma completa y ágil» los acuerdos a los que llegó con Junts para ser investido presidente hace ahora algo más de un año, entre ellos la amnistía.

Esa actitud ha asegurado que no ha permitido generar la base de confianza que se pretendía y que considera necesaria para el resto de la legislatura. Pero más allá del recorrido parlamentario que pueda tener la proposición presentada por Junts, Sánchez no va a atender la petición de Puigdemont y descarta plantear esa cuestión de confianza.

No la planteará, según han avanzado fuentes del Gobierno, porque, además de no tener intención alguna para ello, no la considera tampoco necesaria. Moncloa incide en que se trata de una prerrogativa que le corresponde en exclusiva al presidente del Gobierno y, frente a ella, garantiza que van a seguir negociando con los grupos parlamentarios para sacar adelante sus iniciativas. La prioridad ahora son los presupuestos generales del Estado para el próximo año, y los siete diputados de Junts siguen siendo claves para que puedan ser aprobados.

Antes de esa negociación, con su petición sobre la cuestión de confianza Puigdemont ha dicho que pretende que Sánchez dé la cara en el Parlamento y acepte un debate sobre dónde se está en la actualidad, aunque ha desligado esta solicitud de su apoyo a una hipotética moción de censura.

Abundando en el rechazo del presidente del Gobierno a esa iniciativa que le pide Junts, el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, ha asegurado que Sánchez «tiene claramente la confianza de los españoles» ya que «ahí están los números». Por parte de la dirección socialista, su secretaria de Política Económica, Enma López, ha llamado a la tranquilidad y ha asegurado a Junts que el Gobierno y el PSOE son de fiar y cumplen lo que pactan, y la portavoz del PSC, Lluïsa Moret, ha calificado de «error» la petición de Junts porque genera inestabilidad.

En el socio de los socialistas en el Gobierno, Sumar, su portavoz y ministro de Cultura, Ernest Urtasun, ha considerado que la petición está fuera de lugar, y junto a los socialistas ha resaltado la importancia de trabajar para lograr un acuerdo que permita tener los mejores presupuestos posibles.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha coincidido con Puigdemont en que Sánchez no es de fiar, aunque ha apostillado que él lo sabe «desde el primer instante» y por eso consideró su investidura como «un inmenso error». Desconoce si Junts «va en serio o no», pero tiene la certeza de que el presidente del Gobierno solo tiene dos salidas, «seguir cediendo al separatismo lo que le exija o poner fin a la legislatura», opción esta que considera que sería lo lógico.

Vox, en boca de su portavoz, José Antonio Fúster, no ha aclarado el voto que daría su partido a la petición, pero la ha calificado de «absurda» porque Sánchez no va a plantear esa cuestión de confianza.

Oriol Junqueras, candidato a retomar la presidencia de ERC, se ha limitado a subrayar que los intereses de su formación son los de un partido independentista y por ello no tienen ninguna urgencia en que el PP gobierne con Vox, pero que la pelota está en el tejado de los socialistas, ya que la legislatura depende de que cumplan sus compromisos.

La diputada de este partido Teresa Jordá ha ido más allá al ver en la petición de Junts la intención de allanar el camino a una moción de censura para que el PP llegue al Gobierno, y la portavoz de Comuns, Aina Vidal, ha pedido a Junts que «no le haga el juego a la extrema derecha» con iniciativas de ese tipo.