Numerosos fieles acudieron a este evento religioso, quizás animados también por el buen tiempo en Palma. | Teresa Ayuga

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La Catedral ha acogido este domingo por la tarde la celebración de la solemne misa del Corpus Christi y la salida de la tradicional procesión de la custodia y la Lledània. Numerosos fieles acudieron a este evento religioso, quizás animados también por el buen tiempo en Palma.

Los alrededores de la Seu estaban a rebosar poco antes de abrir las puertas. Más de 1.000 personas entraron sobre las cinco de la tarde a presenciar las vísperas solemnes y esperar el oficio, mientras sonaba canto gregoriano.

Misa

Cerca de las 18.00 horas, la Catedral comenzó a llenarse de fieles para la misa, que fue presidida por el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull. A pesar de que muchas personas se quedaron fuera cogiendo sitio para ver la procesión, asistieron unas 2.000 personas a la liturgia, la totalidad de la capacidad de la Seu.

Entre el público se encontraban políticos como Julio Martínez, Mercedes Celeste y Montserrat Oliveras, del PP; Eva Pomar, de Ciudadanos, y Angélica Pastor, del PSOE. También acudió una delegación de Vox, con políticos como Jorge Campos, Fulgencio Coll, Montse Amat o Sandra Barceló.

En el oficio, en el que participaron miembros del Cabildo, la Escolanía de la Catedral y sacerdotes de la Diócesis, Sebastià Taltavull quiso resaltar valores cristianos como la solidaridad, la caridad y la ayuda a los pobres. Sobre las 19.30 horas de la tarde se abrieron las puertas del primer templo de Mallorca y numerosos asistentes que esperaban fuera se agolparon para ver la salida de la custodia.

Los Cavallets Cotoners de Palma, los Cossiers y los Tamborers de la Sala abrieron la procesión, seguida de la cruz procesional de la Lledània. Continuaron el recorrido las cofradías de Humildad y Paz, Santo Tomás de Aquino, Virgen de la Salud, Jesús del Buen Perdón, La Salle, Nostra Senyora de la Mercè, el Rosario de la Aurora o la Hermandad del Rocío, entre otras. Tras ellas, un coro de voces blancas precedía a los sacerdotes. Para finalizar, marchó el paso la cutodia, justo delante del obispo.


La procesión recorrió las calles del Mirador, Palau –dónde le llovieron pétalos de flores– y Morei, para subir por la Plaça de Santa Eulàlia, Cort y Palau Reial. Tras la polémica, Cort no estaba engalanado, aunque sí el Palau del Consell con los escudos institucionales. La marcha acabó a las ocho y media, cuando regresó a la Seu. N'Eloi seguía tañendo, como sólo en las grandes ocasiones.