Calero explica que antes del confinamiento realizó en es Fortí una obra inspirada en Totoro, un personaje del cine de animación japonés. Concretamente la imagen se extrae de una película de los Estudios Ghibli, la gran productora del cine de animación, considerada una referencia a nivel mundial.
Para ello, «hice un montaje con las últimas fotos del antiguo estadio del Lluís Sitjar, antes de que se derribasen las gradas, y su futuro como un lugar en el que puede crecer la vegetación. Es una oda a que este espacio degradado se transforme en un parque verde para los vecinos».
La segunda intervención las realizó este mismo año y es una pieza que ha ido cambiando. En un principio, cuenta el autor, «estaba inspirada la serie ‘The Mandalorian', en la que se repite la frase ‘this is the way' o ésta es el la forma o la manera». Pues bien, añade, «como los ciudadanos suelen quejarse de que la ciudad está sucia y que el Ajuntament debe limpiar más, yo con esta obra recuerdo que también hay una responsabilidad importante en cada uno de nosotros».
Por eso, está intervención «aboga por que las personas que pasean con sus perros (representados con dos naves del imperio contraataca) recojan las cacas y las tiren a la papelera, como hace el personaje de ‘The Mandolarian'. Es decir es una llamada de atención a que la gente sea cívica y que se haga cargo de sus propios residuos».
Sin permiso
Pero como se trata de obras de arte efímero realizadas en papel, Calero cuenta que «un día apareció arrancada la cabeza del personaje, había desaparecido el casco y en su lugar quedó una mancha alargada que parecía la barba de un señor, por eso en vez de enfadarme decidí transformar el Mandalorian en el personaje de Gandalf, de ‘El señor de los anillos', que también es un maestro y una persona con unos valores importantes, de esta forma la historia no perdía sus sentido».
Este artista madrileño afincado en Palma nunca ha pedido el permiso del Consistorio palmesano antes de realizar alguna intervención artística, pero admite que siempre se le ha permitido actual «porque son obras respetuosas, que no se plasman nunca en espacios protegidos sino en lugares degradados, y además transmiten mensajes constructivos y positivos».
4 comentarios
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Hay que saber diferenciar el arte ciudadano de cerdos ciudadanos que solo saben ensuciar las paredes con rayajos
Seguim potenciant el grollerime.
Chulísimos!
Qué grande Abraham!!!