Numerosa gente en una de las calles del barrio de Santa Catalina de Palma. | M. À. Cañellas

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El conflicto de los vecinos de Santa Catalina, la forma de afrontar sus denuncias por los excesos del ocio y las posibles soluciones a adoptar está provocando una fuerte tensión entre los partidos que conforman el Pacte de gobierno de Cort. Por un lado están Més y Podemos que piden medidas extraordinarias para atajar el problema y, por el otro, está el PSOE que considera que la inclusión del barrio en la campaña de refuerzo policial de cara al verano y algún dispositivo especial, a la larga, darán sus frutos.

Tanto Neus Truyol, de Més, como Alberto Jarabo, de Podemos, públicamente se han limitado a pedir más presencia policial y contundencia a la hora de hacer cumplir las ordenanzas municipales. Ambos, además, han reiterado que la obligación del Ajuntament que ayudan a gobernar es garantizar el descanso de los vecinos. Sin embargo, cargos intermedios y militantes de ambos partidos han criticado, de manera oficiosa, las declaraciones que sobre este tema ha realizado el alcalde, José Hila, cuya postura califican de «tibia», entre otros adjetivos similares. Especial malestar causó en los socios de Gobierno cuando el edil insinuó que los vecinos abusaban de las denuncias, «lo hacen hasta por pasear», dijo. Truyol ya aseguró que las consideraba «palabras equivocadas».

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Desde Més-Palma se ha pedido al alcalde que otorgue al barrio la categoría de Zona Acústicamente Contaminada, ZAR, igual que en su día se hizo con sa Llonja, para poder limitar los horarios de apertura de los establecimientos; pero la propuesta, parece, no se está teniendo en cuenta ya que su tramitación dura un par de años. Los ecosoberanistas, asimismo, piden que se levanten más actas, «las necesarias para garantizar la tranquilidad». Por su parte, desde Podemos se ha propuesto la instalación de carteles disuasorios, como en algunas playas, que recuerden a los que están de fiesta las multas por incumplir las ordenanzas. Pero la formación morada, especialmente, exige a nivel interno que se haga un seguimiento de la declaración responsable de actividades de los locales de la zona y apuestan por reducir el uso de espacios públicos en esas calles.

«Sanciones ejemplares»

Podemos, asimismo, exige presencia policial constante en la zona, que se incremente las sanciones y que alguna de ellas «sea ejemplar» como, por ejemplo, el cierre temporal de la actividad de alguno de los locales más conflictivos. También critican que no se haga un control de las incidencias y aseguran que el Ajuntament tiene capacidad, a través de sus ordenanzas, para limitar el horarios de las actividades, «podemos marcar los limites de ocio y no lo estamos haciendo».

El apunte

Los actos del orgullo LGTBIQ se celebrarán en la cercana sa Feixina

Los vecinos de Santa Catalina denunciaron que en la segunda quincena de junio está prevista la celebración, en el cercano parque de sa Feixina, de los actos de la semana del orgullo LGTBIQ. Los afectados critican que se promuevan actos y fiestas, que se esperan multitudinarios, junto a la zona de conflicto. Desde el Ajuntament, a través de su portavoz, Alberto Jarabo, se aseguró que las fiestas se mantendrán en la ubicación pero que se vigilará que se cumplan todas las ordenanzas.