Los vecinos se concentraron junto a los nuevos bordillos de hormigón para exigir los de piedra. | Teresa Ayuga

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Los vecinos de Son Forteza acusan al equipo en funciones del Ajuntament de Palma de «expoliar» los bordillos artesanos de piedra que pagaron sus padres y de almacenarlos con idea de reutilizarlos en la calles del centro del municipio. Así, según denunció el presidente de la Asociación de Vecinos Nueva Son Forteza, Manel de la Plana, el área d’ Infraestructures de Cort lleva varias semanas rehabilitado varias calles del barrio y, dentro de los trabajos, están sustituyendo los históricos bordillos de piedra por otros prefabricados de hormigón.

De la Plana recuerda que los citados bordillos fueron pagados por la generación anterior en los años 60, que están hechos a mano y cada uno de ellos, según sus fuentes, costó unas 5.000 pesetas de entonces. La asociación vecinal ya dio hace unas semanas la voz de alarma por la sustitución del material en las obras de reforma y, en aquel momento, la responsable de Infraestructures, Angélica Pastor, aseguró que se daría orden de no cambiar los bordillos y mantener los originales. Sin embargo, los trabajos han continuado y se siguen retirando para sustituirlo por material de hormigón. «De hecho el lunes se llevaron cuatro palés de bordillos antiguos y el martes estaban preparados otros dos».

Retirada de bordillos

De la Plana aseguró que las piedras se están llevando al deposito de Son Pacs o al de SonToells para almacenarlos «y luego poder reutilizarlos en las reformas de calles más céntricas, pero no lo vamos a permitir porque los hemos pagado nosotros», aseguró.

Concentración vecinal

Es por eso que la asociación convocó para ayer por la tarde una concentración «de protesta» en el barrio para exigir que se mantengan los bordillos financiados por los vecinos. El representante vecinal señaló que se pusieron en contacto con la responsable del área de Infraestructures y que Pastor les comentó que no sabía nada ya que ella había dado ordenes de mantenerlos. De la Plana se refirió, en este sentido «a falta de comunicación en el departamento» y destacó que esa circunstancia «no debería afectar a nuestro barrio ya que, a a pesar de sus palabras, lo cierto es que siguen llevándose las piedras».

Tanto es así que, según sus propios cálculos, los operarios ya han retirado del barrio cerca de 300 metros lineales de bordillo hecho a mano. «Ahora cada una de esas piedras tiene un valor de 50 o 60 euros y nos la cambian por piezas que no tienen ningún valor. Exigimos que las devuelvan».