Pelea en las fiestas de s'Aranjassa a principios de julio | ARCHIVO UH

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Las fiestas de verano de las diferentes barriadas de Palma se han topado con la presencia de pandillas de jóvenes «que aprovecha estos actos para quedar, a través de las redes sociales, pero no para disfrutar de la fiesta sino para pelearse, beber alcohol en grandes cantidades por todo el barrio, romper el mobiliario urbano, así como generar ruidos y molestias a los vecinos».

La Federació d'Associacions de Veïns de Palma ha expresado su preocupación por este fenómeno y reclama control sobre los menores, así como el alcohol que portan en sus mochilas o que adquieren en ciertos establecimientos. La entidad pide también la prevención de peleas y agresiones físicas y al mobiliario urbano. Para evitar estos actos vandálicos, la Federació ha pasará una previsión de datos y barrios que podrán necesitar una programación de servicios especiales, que serán enviados a la Delegación del Gobierno y a la Policía Nacional.

«Las fiestas de las barriadas son actos abiertos, no lucrativos, al servicio de la ciudadanía, de la convivencia y la actividad comunitaria», aclara la presidenta de la Federació, Maribel Alcázar. Además, «los jóvenes del barrio no generan problemas pero el éxito de estas fiestas genera que otros jóvenes de fuera del barrio se citen allí y generen estos problemas».

Las asociaciones vecinales no venden alcohol a menores pero éstos llegan a los barrios «con las mochilas cargadas. Es necesario un control de establecimientos que venden alcohol a menores y permanecen abiertos por la noche, ya sean gasolineras o tiendas de 24 horas».

Las entidades lamentan que la acción policial «se base en clausurar la actividad ciudadana antes de hora, dejando en el espacio público pandillas de jóvenes descontrolados y en riesgo de agresiones o intoxicaciones etílicas. Se han de retirar del espacio público». La Federació afirma que «los barrios nos merecemos un servicio policial que pedimos una vez al año. No puede ser que todos los efectivos se destinen a los espacios turísticos». El comunicado advierte que «los jóvenes de los barrios quieren sus fiestas en paz» y que no haya problemas de orden público.