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Decían los mentideros del barrio que Amancio Ortega se había hecho con el edificio completo. Al final no fue un señor de Pontevedra, sino un inversor de Stuttgart el que ha comprado el inmueble situado en la calle Gilabert de Centelles 15, que hace esquina con la calle peatonal Costa y Llobera. Su situación es estratégica: se encuentra en una zona con muchísimo flujo comercial, en la parte trasera de El Corte Inglés de Avingudes.

La empresa Lehmann Invest KG es la propietaria del edificio y el Ajuntament de Palma acaba de concederle la licencia de obras para su reforma. Tras más de una década de abandono, se reconvertirá en viviendas reformadas que se pondrán a la venta. La empresa Arquitectura 360 S.L. se encarga de gestionar la inversión. Y el propietario de ésta, Andrés Mariano, advierte que «nos han otorgado la licencia de obras en un plazo sorprendentemente rápido, en poco más de un año». Ahora llega la fase de obras, que se alargará durante los próximos 24 meses. Para finales de 2025 la obra ya estaría lista.

Este edificio, del que se cree que se construyó a inicios del siglo XX, es un ejemplo de la arquitectura urbana tradicional. Tras pertenecer a la misma familia, hace unos diez años fue desalojado y quedó vacío. Entonces entraron los okupas y se llenó de basura.

«Hubo un incendio y tras su expulsión, un señor empezó a vigilar el edificio para evitar más okupaciones, pero tenía síndrome de Diógenes y acumulaba trastos. En el inmueble llegamos a encontrar más de 200 bicicletas estropeadas que iba recogiendo y arreglando para después venderlas», cuenta el gerente de Arquitectura 360. Se utilizaron veinte contenedores de obra para vaciarlo y limpiarlo.

Ahora está vacío y en su interior quedan huellas de los diferentes inquilinos. El papel que se despega de las paredes que remite a los años 60, las molduras de escayola de principios del siglo XX, puertas con las placas que citan a antiguos habitantes, recientes pintadas de grafiteros, restos de suciedad de los okupas. «Había centenares de jeringuillas de heroína y paquetes de tabaco», señala Mariano. Pese al polvo y los años, aún queda el espíritu de la Palma del siglo pasado, con picas antiguas de piedra, suelos hidráulicos y un calendario de Sa Nostra de marzo de 1996.

Nueve viviendas

Ahora las obras darán un aire nuevo a Gilabert de Centelles 15. «Se construirán tres pisos por planta, con un total de nueve viviendas, y se mantendrá el espíritu mallorquín tradicional, también en la fachada», dice Mariano. En la planta baja se intentarán abrir al máximo las ventanas y puertas para acoger dos locales comerciales.

Andrés Mariano está al tanto de las operaciones inmobiliarias que se están llevando a cabo en la ciudad, ya que trabaja como perito en los juzgados y ha sido tasador de Tinsa. Señala que «a la gente se le ha ido la cabeza. Tienen un edificio en propiedad y piden burradas». La espiral de precios parece que no toca techo.