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Los días 14 y 15 de noviembre un coche recorría las laberínticas calles del Casc Antic. No se saltó ni un solo rincón. De hecho, el centro de Palma es tan intrincado que en alguna ocasión se llegó a quedar casi encajado. ¿Cuál era el objetivo de semejante proeza? El coche llevaba sobre su techo una maquinaria de última generación: cinco cámaras fotográficas y un GPS de alta precisión. El Ajuntament de Palma ha estado en los últimos meses del año pasado llevando a cabo un mapeo en 3D del Casc Antic. Se trata del análisis más pormenorizado de esta zona que se ha llevado a cabo nunca. El área responsable de este proyecto es el Instituto Municipal de Innovación (IMI).

No deja de ser curioso que en la sede de este departamento de Cort haya una fiel reproducción del mapamundi que data del año 1315 de Cresques Abraham, geógrafo y cartógrafo de la reconocida escuela cartográfica mallorquina. Siete siglos después, se sigue la estela de los afamados cartógrafos mallorquines y ahora se dibuja una nueva ciudad en 3D. David Díez, coordinador General de Innovación y Distrito Digital, señaló que «es un proyecto piloto pero de futuro, se ideó al final del verano pasado».

A este mapeo en 3D se suman las fotografías aéreas, que se renovaron el año pasado con una nueva serie de vuelos, que se suman a la cartografía tradicional. El objetivo «es actualizar las herramientas, ser más productivos y difundir la cartografía de detalle con mucha información», señala Dolores Fernández, responsable del servicio de Cartografía del IMI.

Aunque solo se ha centrado en el Casc Antic, el coche armado con cámaras y GPS ha recorrido hasta 57 kilómetros. «El problema lo ha habido en las calles estrechas, pero hay sistemas de recogida de datos con mochila», explica Fernández. Palma ahora tiene un gemelo digital y ya no se convierte en el clásico mapa sino que aparece en imágenes en 3D. «Nunca se había hecho en Balears y posiblemente seamos una de las cinco primeras ciudades de España en llevar a cabo este mapeo», explica Díez.

A medida que el coche iba haciendo su recorrido, se iban tomando los datos del Casc Antic como hasta nunca se había hecho. «El objetivo es pasarles los datos a otras áreas como infraestructuras, o urbanismo. Se han tomado fotografías en 360 grados y se crea una nube de puntos georreferenciada y de precisión métrica. No queda ningún flanco sin cubrir. Tras el recorrido de las calles, se toman notas de incidencias ya sean en calles estrechas por las que no ha podido pasar el vehículo o donde no llega la señal del satélite para su localiación con GPS», señalan desde el IMI.

Ahora toda estas toneladas de datos están en plena fase de postproceso. Se han recabado millones de fotos y de puntos que analizan las edificaciones del Casc Antic. Tras editar las fotos (se han pixelado las caras de los peatones y las matrículas de los vehículos), el objetivo es que los usuarios empiecen a utilizarlos. Y los primeros de todos son los funcionarios de Cartografía, que ya navegan en esa ciudad en 3D como si fuese el popular Google Street View pero más avanzado y en clave palmesana.
Un funcionario dispone de dos o tres pantallas y unas gafas en 3D. Con un mando con más de 80 funciones, es capaz de navegar en ese Casc Antic futurista. «Tomamos medidas, calculamos distancias, sacamos los perfiles del terreno y las construcciones, indicamos el relieve». Nada escapa de sus ojos en 3D, lo que permite ahorrar trabajo de campo, costes y recursos.

Y los bomberos pueden beneficiarse de inmediato de esta cartografía en 3D: «Podemos calcular la altura de un edificio al que tengan que subir con autoescala, por ejemplo». También son capaces de analizar donde se pueden colocar placas solares, realizar un mapa de sombras o ayudar a la planificación urbanística con la medición de terrazas. En un futuro se podrá analizar el cumplimiento de ordenanzas (como la colocación de cartelería en comercios) así como conocer en tiempo real el censo de licencias de actividades o un inventario patrimonial que permita conocer en qué estado está los edificios.

«La ciudad está viva, se transforma», dice Díez, que advierte que éste es un plan piloto, «luego ya veremos qué hacemos». En los archivos del IMI se guardan con celo los fotolitos con las imágenes que se tomaron en los vuelos de 1981, que recogían en fotografía la Palma de entonces. Mucho ha cambiado todo: desde la geografía de la ciudad a los adelantos tecnológicos con los que se recogen todos los datos.

Las utilidades de todo este mapeo son múltiples y, además, algunas están aún por descubrir. «Los bomberos tienen acceso a esta información, así como el departamento de Urbanismo o los servicios de emergencias. Si hay algún aviso, ellos sabrán de inmediato la altura del edificio y si hay cerca una boca de agua para apagar un incendio, por ejemplo», explica Díez.

Este inventario de la ciudad requiere una actualización continua porque siempre hay cambio de farolas, se amplían aceras y «hay comunicación entre las áreas en caso de que haya modificaciones.
Esta primavera se llevará a cabo la fase 2, «cuando proyecto esté más madurado y todas las áreas tengan acceso dentro del dato». El coordinador de Innovación advierte que «el futuro está en la gobernanza del dato. Se podrán conocer los flujos turísticos dentro de la ciudad, qué consumen, hacia dónde van... Las posibilidades de la smart city quedarán reflejadas aquí». Díez advierte que «el área de cartografía es el gran desconocido de Cort. Aquí no hacemos Google Maps, es mucho más. La cartografia, de hecho, ya se puede consultar desde la misma página del IMI (https://imi.palma.es/).