Imagen de las obras realizadas en el Club Náutico del Portixol. | Nautimedia

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Tras varios meses inmerso en un necesario plan de mejora y remodelación de sus instalaciones, el Club Nàutic Portitxol (CNP) encara ya la recta final de las obras en tierra, iniciadas el pasado verano en el marco de la prórroga de concesión con inversión negociada con Ports de Balears tras el fin de la concesión del club en diciembre de 2022.

«El proyecto se ha mejorado en un 30% respecto a la idea original, incluyendo mejoras que no estaban en la propuesta inicial», explica Pep Santander, presidente de la entidad. «Entre otras cosas, hemos saneado y mejorado las fosas sépticas, para asegurarnos de evitar malos olores en el futuro. También hemos reorganizado el sistema de entrada de acometidas y de seguridad del club, incorporando nuevas cámaras hasta contar con un total de 14, e implementando un moderno centro de seguridad en las oficinas del club para centralizar la vigilancia», añade.

Así las cosas, el restaurante del club permanecerá también cerrado hasta el 29 de febrero por obras de adecuación internas, y ya, a final de mes habrán finalizado las obras tanto del club como del restaurante, concluyendo de esta manera las molestias para los usuarios y socios. «Desde la junta directiva, queremos agradecer a todos su paciencia y colaboración, que verán recompensadas con un club preparado para los desafíos y necesidades del futuro», destaca Santander.

«La filosofía es abrir el club a la ciudadanía, como ya se pudo comprobar con la primera parte de las obras, en las que se amplió la terraza del restaurante del club y se abrió a la calle, eliminando barreras», indica el presidente del Náutico del Portixol, Pep Santander. «Este proyecto nos permite mejorar y modernizar nuestras instalaciones y ganar tiempo de cara a solicitar nuevas prórrogas o concesiones en el futuro, confiando en una evolución positiva del panorama legal, social y político en los próximos años», añade. Las obras se inscriben en el proyecto de ampliación del Paseo Marítimo de Palma desde el Club de Mar hasta el Molinar que impulsa Port de Balears.

En cualquier caso, el proyecto, más allá de suponer una apuesta por el futuro del club y un necesario lavado de cara, modernización y mejora de sus instalaciones, conlleva mejoras de las que se beneficiarán todos los usuarios, como el ascensor y sistemas de accesibilidad para personas con problemas de movilidad para facilitar su acceso al salón social; la mejora y ampliación de los pantalanes, con 60 nuevos amarres que, debido a que está permitido destinar hasta un 15% del volumen total de amarres a transeúntes, servirá para aumentar los ingresos del club de cara a futuros gastos; nuevas torretas para suministrar electricidad y agua a las embarcaciones; nuevas cámaras de seguridad en toda la superficie del club, para mejorar la vigilancia; una nueva perimetral de recogida de aguas en la explanada del varadero, soterrando al mismo tiempo la entrada de servicios que entran de la calle, como agua, luz y conectividad de fibra, y un fuerte avance en temas medioambientales, con la instalación de placas solares, la mejora del sistema de recogida de residuos, la habilitación de zonas verdes y la implementación del galardonado sistema «spill control», que con un sistema de cámaras y software de analisis de datos es capaz de activar las alarmas en caso de detectar niveles inusuales de contaminación de las aguas, avisando en caso de que supere un determinado listón.

La prórroga con inversión de tres años concedida por Ports expira el próximo 16 diciembre del 2025, pero la intención del club es presentarse ante las autoridades con unas instalaciones parcialmente renovadas y poder situarse de nuevo en la casilla de salida para poder trabajar en la obtención de prórrogas e incluso una nueva concesión.