Agencia inmobiliaria de Berkshire Hathaway en el Paseo Mallorca | Jaume Morey

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El vuelo directo entre Nueva York y Palma ya tiene su repercusión en el mercado inmobiliario insular. Varias agencias inmobiliarias de capital norteamericano como Berkshire Hathaway, Nest Seekers o The Agency ya están llevando a cabo operaciones de estadounidenses que quieren también su porción del sueño mallorquín. Las perspectivas no pueden ser más interesantes: el comprador estadounidense duplica el poder adquisitivo de alemanes y nórdicos. El dólar aterriza con fuerza en la Isla y opta a villas a partir de los cinco millones de euros «hasta el infinito», dicen fuentes inmobiliarias.

Berkshire Hathaway Nova Mallorca abrió sus puertas hace un año y medio en la Isla. Jorge Forteza es el consejero delegado de esta inmobiliaria que pertenece a una red norteamericana con 1.500 oficinas en todo el mundo y más de 50.000 agentes. «Tenemos oficina en Palma y Puerto Portals. La semana que viene abrimos en Sóller», señala.

En el radar del comprador inmobiliario americano están las fincas rústicas y en sus primeras incursiones «se alojan en hoteles boutique de Palma. De hecho, la ruta Palma-Nueva York es la más rentable de United Airlines», dice Forteza. Matrimonios jóvenes en busca de una segunda residencia «con posibilidad de que se convierta en la primera», así como nómadas digitales neoyorquinos están desembarcando en Mallorca.

«Son muy buenos clientes, compran bastante más rápido que los alemanes, que se lo piensan más», afirma el responsable de la oficina palmesana de Berkshire Hathaway. Los precios mallorquines les parecen económicos comparados con Manhattan, Brooklyn o Queens.

Forteza también es vicepresidente de la Asociación Balear Inmobiliaria Nacional e Internacional (ABINI) y advierte que se están multiplicando las incursiones de clientes norteamericanos que van a conocer la Isla durante dos o tres días y en ese lapso se deciden por la adquisición de una casa aquí.

Por su parte, Davinia Caldés, de Nest Seekers International, afirma que «hasta ahora no sabían donde estaba Mallorca pero ahora la ubican gracias a United Airlines. Aunque son muchas horas de vuelo, quieren una propiedad rentable, poder disfrutarla con sus amigos, alquilarla y obtener una inversión. Los americanos son números».

Si en Florida o Miami los precios de villas parten de los diez millones de euros, aquí pueden encontrar algo similar a partir de los cinco. «Buscan lujo con sitios especiales, como Cala Santanyí, Andratx o Alcúdia, así como el Casc Antic de Palma», dice Caldés, que advierte que tiene en cartera una propiedad de hasta 30 millones de euros. Este tipo de compradores llegan en jet privado. «Vamos a empezar a ver personajes importantes con un patrimonio brutal», dice la agente, que ya cita visitas insignes como la actriz Nicole Kidman o Michelle Obama. «Han descubierto un nuevo paraíso. Ahora están en temporada de compras y los hay que firman la operación solo haciendo el tour virtual».

José Miguel Artieda, presidente del Colegio de Agentes Inmobiliarios de Balears, reconoce que el norteamericano está en ebullición: «Venden fincas rústicas a americanos que quieren jubilarse en la Isla porque la asistencia sanitaria es mejor, tienen mayor poder económico. Incluso hay un cliente que ha comprado una casa aquí por si Donald Trump gana las elecciones».