Imagen de los folletos que han encontrado los vecinos.

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«No saps pronunciar es nom de sa inmobiliària? No la hi venguis!». Con este lema, el colectivo Brunzit (@brunzzit) intenta convencer a los propietarios de las barriadas de Son Espanyolet y Santa Catalina a no vender sus viviendas al mejor postor, que suele ser casi siempre un comprador extranjero, con una mayor capacidad económica que los baleares.

La asociación Son Espanyolet Residencial se ha hecho eco de esta campaña, donde invitan a «facilitar que los vecinos se puedan quedar en el barrio. No quieras hacerte millonario: la vivienda es un derecho. ¡No una mercancía!». La publicidad, que ha aparecido estos días en los buzones de los vecinos, advierte que este consejo también es extensible a los alquileres. En el anverso de la publicidad, que imita el método de captación de centenares inmobiliarias que operan en Palma, se dibuja una viñeta en la que aparece el hostal Cuba, con la llegada de unos extranjeros mientras una mujer mayor se va con las maletas. «Para que ellos lleguen, ella se ha de ir», reza el dibujo.

Ferràn Aguiló, presidente de Son Espanyolet Residencial, ha explicado que su opinión es a título personal y mostró su satisfacción: «A nivel personal me parece muy bien. Al final, cada uno hace lo que quiere pero yo solo pongo una condición: el que venga a vivir a nuestro barrio, da igual si es de Toledo, Berlín o Manacor, que se integre en la vida de la barriada». Aguiló aclaró que el objetivo de su asociación es poner freno a la expansión del alquiler turístico en Son Espanyolet. «La publicidad nos ha hecho gracia, me parece muy interesante. Es una llamada de atención al grandísimo problema de vivienda que tenemos en todas las islas».

El presidente de la entidad vecinal aclaró que «me da igual si la vivienda es cara. El problema es que los extranjeros cobran mucho más que nuestros hijos. Somos europeos para unas cosas pero tenemos sueldos de mierda. La verdad es que prefiero al sueco que participa de la vida vecinal que aquel que es de aquí y no lo hace». Mientras Son Espanyolet ha presentado una fuerte oposición al alquiler turístico, «que ahora está más controlado», no ha podido frenar «la especulación brutal» que asola el barrio y el resto de la ciudad.