Una de las nuevas casetas ubicada en la playa de Can Pere Antoni. | Margalida Tur

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En las playas de Palma han empezado a aparecer desde hace unas semanas unas casetas de color amarillo colocadas sobre una base de madera a poca altura del suelo. Se tratan de las nuevas torres de vigilancia para los socorristas. En total hay 16, ocho en Platja de Palma, dos en Cala Major, dos en Can Pere Antoni, dos en Ciutat Jardí y una en Cala Estància.

Desde principios de marzo, se están retirando las viejas torres y sustituyendo por nuevas de estilo americano. Ahora, estarán ubicadas a 2 y 2,5 metros de altura, serán cerradas, contarán con aberturas a los lados, estarán acristaladas, protegerán a los vigilantes de las inclemencias del tiempo y el sol y serán de este color para que ser más visibles.

Una de las nuevas torres de vigilancia en Portixol.

Tanto el Ajuntament como Emergencies 7.000, la empresa que tiene la concesión, subrayan que la nueva altura no supone ningún problema para el desempeño de la vigilancia, ya que las casetas han pasado la inspección de riesgos laborales y cuentan con «visión limpia», señala el gerente de la empresa, José Antonio Escadell. Además, «si se detecta que alguna incumple las medidas, se modificará a los largo de la semana», dice el director de Medi Ambient de Cort, Sebastià Pujol. Y es que, todas las torres estarán listas para este sábado, coincidiendo con el arranque de la temporada.

Nueva licitación

Este cambio en las playas de la ciudad surge a raíz de la licitación que sacó a concurso Cort en agosto de 2023 para las casetas, que a su vez estuvo motivada por la huelga convocada por los socorristas ese mismo año para conseguir mejoras salariales y laborales. Más tarde se firmó un convenio colectivo y en los pliegos se estableció la renovación de las torres para el inicio de 2024.

La nueva caseta de la playa de Es Penyo, en Ciutat Jardí.

Cabe destacar que se han añadido dos nuevas torres este año, pasando de siete a ocho en Platja de Palma y estableciendo una que antes no existía en Es Penyo, en Ciutat Jardí. Además, todas cuentan con un espacio para que los socorristas se puedan cambiar y guardar su material.