«Finalmente el Ajuntament aplana el camino para que, una vez más, un espacio público sea aprovechado para hacer negocio, que estará especialmente dirigidos a los turistas. Aprovechando el Patrimonio histórico, como es la Murada, un BIC, como un escenario privilegiado», han expresado. «En un momento en que está sobre la mesa el debate de la masificación y la perdida de personalidad, y que desde la ciudadanía se dice que ya es suficiente, el actual gobierno municipal de Palma, que ya había heredado el proyecto del anterior consistorio, muestra que no ha tenido cintura para evitar este despropósito».
En este sentido, se quejan de que «ninguna administración ha estado a la altura para evitar un Beach Club en la Murada», que supondrá «un restaurante exclusivo dirigido a los bolsillos más llenos y que invadirá estéticamente la Murada, restaurada hace años con nuestro dinero, con paredes, láminas de agua, plantas y mobiliario». «La discusión no es si puede haber o no un bar en una terraza, eso no lo discute nadie. La discusión es sobre el modelo y el tamaño de la terraza», han afirmado.
Según ARCA llegar a un acuerdo «era posible», si se reducía su tamaño, se cambiaba el diseño y el público al que se dirige e incluso si se estudiaba desplazarla a la terraza interior del Baluard, «pero no se ha hecho el más mínimo esfuerzo», han recalcado. «La decepción, por parte de quienes amamos el Patrimonio y la ciudad es grande porque hemos mantenido muchas reuniones con los responsables y las buenas palabras tan sólo se han quedado en eso», han concluido.