Una chico saca una bolsa que entrega a tres clientes que esperan fuera. | R.L.

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Casi una decena de establecimientos en primera línea de mar de s’Arenal denuncian que varios comercios no están respetando el horario permitido para vender alcohol y que, además, lo hacen a menores. Así lo explica uno de los empresarios de la zona, que prefiere permanecer en el anonimato, pero asegura que al menos ocho propietarios locales opinan igual.

«Hay uno en la calle de Cartago, que cobra las botellas en el número 32 y manda a un chico al número 36 [otro local que usan de almacén] a buscar la compra, mientras los clientes esperan fuera», narra. «Cuando van al 36 miran que no venga el coche de la patrulla verde y ya está», dice. Según este parroquiano, esta situación de venta ilegal se extiende desde el balneario 2 hasta el 4: «Se que el año pasado ya hubo varias denuncias al 32».

Otro vecino de la zona, que también quiere mantenerse anónimo, y que trabaja en s’Arenal, corrobora la versión del primero y apunta a esta práctica como la causante «real» del turismo de borrachera: «¿Cómo no va a haber borracheras si hay acceso a alcohol barato a cualquier hora?».

Desde la asociación de vecinos de s’Arenal, su vicepresidente, Alain Cabonell, explica que esta situación de impunidad se debe, en parte, a la falta de una normativa clara: «Tenemos la ley de excesos y la ordenanza de Palma y aún así sucede esto. Los que llevan estos supermercados se buscan la vida como pueden, porque es muy buen negocio», dice. «Lo que pasa es que choca la zona de Palma, cuya ordenanza ahora es un borrador, con la de Llucmajor, que pertenece al Consell de Mallorca. Al final no hay una norma clara y se aprovechan de eso para vender», añade.