Nueva heladería en el Paseo Marítimo. | Pere Bota

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El final de la reforma del Passeig Marítim está cada vez más cerca si se cumplen las previsiones, pero muchos empresarios no han podido resistir las pérdidas. Así lo confirma Luis Recoveni, propietario de Mercat 1930, que advierte que «muchos locales que son gestionados por familias mallorquinas de toda la vida no han podido aguantar más las pérdidas económicas después de dos años de pandemia y ahora otros dos años de obras».

De esta manera, «muchos se han visto obligados a cerrar», una circunstancia que está siendo aprovechada por inversores nacionales e internacionales «para abrir nuevos proyectos». De momento la información llega a cuenta a gotas, aunque entre los empresarios de la zona se habla de «proyectos de restauración de alto nivel que van a elevar la calidad. A los negocios de aquí están llamando interesados para hacer ofertas de compra», dice Recoveni. Al fin y al cabo, el Marítim está en plena cuenta atrás para estrenar su nueva cara, solo quedan diez meses para ver su nueva imagen.

«Será mejor que Cannes y Mónaco», advierte Manuel Jiménez, presidente de la Asociación de Comerciantes e Industriales del Passeig Marítim, que ha reclamado la puesta en marcha de un tren eléctrico que conecte con el aparcamiento disuasorio de CLH, en Portopí. Esta es la propuesta de Jiménez a «la falta de aparcamiento en la zona. El nuevo proyecto ha eliminado cerca de 600 plazas y hay locales que ya están sufriendo las dificultades de acceso».

Esta es una de las peticiones que hacen los empresarios de la zona, que afronta ya su segunda temporada alta con las obras de reforma del Passeig Marítim, que ya ha terminado prácticamente en el lado tierra, donde ya están instaladas las terrazas.

Los empresarios de la zona señalan que una de las pocas opciones que hay es la de aparcar en el muelle de Golondrinas, pero lamentan que el número de plazas es insuficiente dada la alta demanda. Por eso plantean que los clientes aparquen en el párking de CLH, que se abrió en mayo del año pasado, y cuente con conexiones continuas de un tren eléctrico que permita el traslado constante de personas a lo largo del Passeig Marítim.

En la actualidad la línea 4 de la EMT conecta el solar de CLH con Nou Llevant y cuenta con una frecuencia de ocho minutos los sábados, aunque el último viaje acaba a las 00.45 horas y el primero de ellos es a las 5.40 de la mañana. Otra de las demandas de los empresarios son «ayudas económicas y ventajas fiscales para afrontar los efectos de las obras», lo que ha supuesto una caída de la facturación.