El regidor de Urbanisme, Óscar Fidalgo, explicó que «los ejes comerciales están regulados. Además, estas viviendas tienen precio limitado. Si al final alguien decide dar el paso y hacer la conversión, es posible que ese local no haya funcionado».
Entre las zonas que no se podrán llevar a cabo estos cambios de uso se encuentran el Casc Antic, los ejes comerciales y los ejes cívicos como Blanquerna, Nuredduna o calle Fàbrica. En la zonificación que aprobó el Ajuntament de Palma hace unos meses quedaban exentos de estas conversiones los núcleos tradicionales.
Sin embargo, desde el grupo municipal socialista se han mostrado críticos con esta medida. Según el concejal Pepe Martínez «no hay ningún tipo de impedimento para convertir locales comerciales en vivienda más allá de la Vía de Cintura. Esto afecta a barriadas como El Vivero, Rafal Nou, s’Indioteria o Verge de Lluc. Son barrios que tienen entre 80.000 y 100.000 habitantes y corren el peligro de perder todos sus comercios dada la rentabilidad de la vivienda».
Martínez también criticó que «esta medida no se ha hablado ni con las patronales comerciales ni con la regiduría de Comerç, que debería contar con un informe que estudie los efectos de estas conversiones de locales».
El regidor socialista señaló que «con la caída del Plan de Ordenación Detallada, se vuelve al Plan General de 1998, que es mucho más permisivo con los cambios de uso». Martínez reclamó que la zonificación se lleve a exposición pública.
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