La Bahía de Palma cuenta con 59 socorristas distribuidos por el municipio. | M. À. Cañellas

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Las playas de la Bahía de Palma están bien vigiladas esta temporada, pues el municipio cuenta con el mayor operativo de socorrismo de Mallorca y el segundo más largo de España; solo superado por Canarias, donde es permanente. Si nos fijamos en los recursos, sobre s’Arenal hay desplegados 18 socorristas, una ambulancia de soporte vital básico con dos técnicos sanitarios, una moto de rescate, un módulo central de enfermería y una embarcación semirrígida. Además, la zona cuenta con dos módulos de accesibilidad donde se presta servicio y siempre hay dos profesionales.

Por su parte, Ciutat Jardí, cuenta con cinco socorristas, una enfermería y un módulo de accesibilidad; Portixol, con dos socorristas y un supervisor (una mejora de este año); Cala Estancia, con cuatro socorristas, una enfermería y un módulo de accesibilidad; Can Pastilla, con seis socorristas, un módulo, una enfermería y una moto de agua para rescates; y Cala Major, con otros seis socorristas, una embarcación de rescate, un módulo y otra enfermería.

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Dos socorristas patrullando sobre una moto acuática.

A parte del gran despliegue del que disponen las playas del municipio, cabe resaltar que esta temporada ha hecho historia, siendo de las primeras del país en dar el pistoletazo de salida. Y es que, desde el 23 de marzo los socorristas están apostados en sus torres de vigilancia y patrullando la costa palmesana; y así continuarán hasta el 31 de octubre.

Acción y prevención

Desde que la Bahía de Palma dio el ‘sus’ los 59 socorristas que vigilan y asisten han realizado más de 15.000 acciones de prevención, 1.113 asistencias de primeros auxilios, 105 rescates acuáticos y 101 ayudas en el agua, 332 intervenciones a través del servicio de accesibilidad y atendido seis paradas cardiorespiratorias. Las labores de prevención son muy variadas, en su mayoría se centran en advertir y dar avisos a personas que están en el canal, fuera de la zona de baño, borrachas en el agua o retirar las botellas de vidrio que la gente deja en la arena. Según el supervisor de Platja de Palma, Diego Bonasorte, en la zona de s’Arenal se llevan a cabo «cerca de 150 y 200 acciones de prevención al día».

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Un profesional vigilando junto a la orilla.

En cuanto a las intervenciones acuáticas, señala que «dependen mucho del día», ya que hay jornadas que «más que nada va a haber asistencias a personas mayores, que no pueden salir del agua solas». Sin embargo, «si es un día de bandera amarilla [cuando el baño está permitido, pese a que hay malas condiciones climáticas], «probablemente podemos tener seis o siete rescates» diarios. En este sentido, explica que «este año ha habido mucho viento y en invierno se han formado corrientes de retorno que nos ha generado mucho trabajo en esta zona».

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Diego Bonasorte, supervisor de Platja de Palma.

Emergencia

Pese a que la mayoría de las veces se ejecutan acciones para prevenir posibles incidentes, otras no se pueden evitar y es ahí cuando se pasa a la acción. «Si por ejemplo hubiera una parada cardiorespiratoria, el socorrista rápidamente identifica la situación, mide las constantes, comprueba que estén bien y se activa el protocolo ECO1», detalla Bonasorte. «Inmediatamente se pone en marcha la ambulancia y acude el socorrista más cercano con los recursos». En cada torre de vigilancia hay una DESA o DEA (desfibrilador semiautomático) y un equipo de oxigenoterapia. Las únicas dos torres que no tienen estos dispositivos son Víctor 7 y Víctor 6, porque la ambulancia y el vehículo de intervención ya cuenta con DESA y se aparcan entre estas dos torres.

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La torre de vigilancia Víctor 6.

La actuación si hay una emergencia es rápida porque «hay siempre un socorrista estático en la torre y otro que hace dinámicas todo el tiempo, paseando por la playa», dice el supervisor. «Si un socorrista en dinámica ve que una persona se está ahogando, sufre una parada, lo primero que se hace es avisar a BRAVO 1, que es la central, y dependiendo de los datos que nos de, llamamos al 112, se manda a ALFA (ambulancia) y sale un supervisor que ya esté allí», narra. Mientras el socorrista de la torre acude, coloca el DESA, la oxigenoterapia y se hacen las compresiones, simultáneamente otros socorristas va cubriendo la torre que está vacía.

«Está todo muy sincronizado para que en menos de 60 segundos la persona tenga todos los recursos», afirma. «Esta playa tiene casi cinco kilómetros. El número de socorristas que intervienen va dependiendo, pero lo fundamental es que se cubran todas las posiciones. La idea es que nunca se descuide la vigilancia», asegura. En caso de que finalmente no se pueda rescatar a la persona también existe un protocolo. «Si fallece alguien, lo sacamos del agua, viene nuestra ambulancia, que es de soporte básico y luego la del 061, que es de soporte avanzado y tiene médicos especializados». Si el médico lo declara muerto, a partir de ahí se encarga solo Emergencias y los socorristas vuelven a sus puestos.

Más seguridad

En relación con si las playas son más seguras, Bonasorte dice que la percepción de los profesionales es que «este año las partes involucradas están muy pendientes de la seguridad de turistas y residentes». «El Ajuntament de Palma está buscando mejorar día a día, junto con la empresa, el operativo y los socorristas están dando el 100% en las playas, para que todo salga de la mejor manera, añade.

«Es un operativo que está en constante crecimiento y que cuenta con recursos materiales y humanos de primer nivel que hacen que los tiempos de respuesta en emergencias se reduzcan considerablemente», concluye. Desde mediados de la temporada pasada se han sumado a la plantilla cinco socorristas más y al día trabajan 41 profesionales.