La chabola está habitada por una pareja de personas en situación de calle. | Google Street View

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En la esquina entre la avenida del Gran i General Consell y la calle de la Reina María Cristina, una pareja de indigentes ha establecido un asentamiento en las inmediaciones de una sucursal cerrada. En la puerta de la antigua oficina, acumulan una multitud de bienes como sábanas, colchones, cajas, almohadas... Justo enfrente del parking de motos, las personas en situación de calle han aprovechado el rincón elevado para establecer una chabola. El asentamiento no es nuevo, pues los vecinos han advertido de la situación en múltiples ocasiones.

Anteriormente, la planta baja del edificio eran las oficinas de una sucursal bancaria, tras su cierre, el espacio quedó abandonado. Según la plataforma inmobiliaria Idealista, una vivienda en esta situación geográfica tiene un valor de entre 267.000 euros y 1.104.000 euros. El edificio fue construido en 1970, según los datos de la Dirección General de Catastro. Esta situación de malestar afecta a todos los usuarios de la vía pública, así como, a los vecinos de la antigua sede bancaria. En concreto, la edificación cuenta con alrededor de 17 viviendas en los pisos superiores, y 15 despachos y oficinas comerciales establecidas en las plantas bajas.

Acumulación de bienes en la puerta del local.

Más adelante, en la misma calle de la Reina María Cristina, se encuentran otras personas en situación de calle habitando los portales de edificios y garajes. Esto ha generado malestar entre los habitantes de la zona, así como, una grave coyuntura de suciedad. Asimismo, las calles aledañas sufren los fuertes olores que emanan del asentamiento. Este movimiento de sinhogarismo es algo que está cada vez proliferando más. De hecho, en marzo de este año, el conseller de Bienestar Social y presidente del IMAS, Guillermo Sánchez, informó de que en la Isla había alrededor de 440 personas en esta situación de pobreza extrema, la mayoría de ellas en Palma.

El descontento social, también se debe a la situación de abandono en las fachadas colindantes. Tanto la propia sucursal como el edificio de enfrente cuentan con grafitis en sus paredes exteriores, dando una imagen de descuido y suciedad. De igual modo, la condición de desaseo y el montón de objetos acumulados en la puerta de la oficina podría suponer un riesgo para la salud de las personas afectadas por la situación de de calle. A lo que se suman las altas temperaturas que sufren durante esta época del año.