El edificio de Gesa se encuentra en primera línea de mar. | Jaume Morey

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La compra del edificio de Gesa encara su recta final y podría estar finiquitada antes de que acabe el año. El primer teniente de alcalde de Palma, Javier Bonet, hace repaso de los retos que prepara de cara a septiembre, inicio del curso político y explica que hace un mes «Endesa dijo que durante cuatro meses paralizaría los pleitos que tenía en marcha contra el Consistorio», por lo que se espera que antes de 2025 se habrá formalizado la operación.

Aún así, los farragosos trámites burocráticos hacen que Bonet y el resto del equipo de gobierno se muestren cautelosos a poner fecha para que el emblemático edificio entre a formar parte del patrimonio municipal. Hace mes y medio la Junta de Govern aprobó la reparcelación de la Fachada Marítima en el registro de la propiedad, lo que acelera el proceso de adquisición.

Desde el Ajuntament ya se plantea el siguiente paso, es decir, la reforma del edificio. «Se convocará un concurso arquitectónico para que Gesa sea sostenible y eficiente. El objetivo es proteger la carcasa exterior, que mantenga el mismo aspecto pero sostenible y eficiente, mientras que en el interior se deben mantener las plantas diáfanas originales, aunque sí que habrá que jugar con dos o tres plantas para hacer un hueco y conseguir más alturas», explica Bonet.

El regidor aclaró que la nueva Gesa «puede ser la bomba. Pero no solo como museo. Queremos unir la creación y la innovación bajo el futuro Instituto Municipal de las Artes, las que se entienden como industria, ya sean galerías, librerías, teatro, cine, artes escénicas, editores o gastronomía. Y las bases se sentarán antes de que acabe la legislatura».