Imagen de la rueda de prensa.

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El Ajuntament de Palma ha anunciado este viernes que ha obtenido casi seis millones de euros en los fondos Next Generation que permitirá la digitalización del ciclo del agua llevando a cabo 22 proyectos. Entre ellos, la instalación de 22.400 sensores en toda la red que permitirá llevar a cabo prediciones de posibles roturas, así como el registro del consumo de los más de 100.000 abonados de Emaya, lo que podría permitir detectar viviendas vacías o excesos de consumo por pisos turísticos ilegales, entre otras utilidades aún por desarrollar.

El regidor de Medi Ambient y presidente de Emaya, Llorenç Bauzá, explicó que «esta aportación de los fondos Next Generation permite subvencionar la mayor parte del proyecto de Digitalización del Ciclo del Agua, que tiene un coste total de 7,5 millones de euros». Bauzá avanzó que esta ayuda supone un hito ya que a estas ayudas se han presentado «265 proyectos en los que participan 3.665 municipios». En concreto, el proyecto de Palma tendrá también repercusión en otros nueve municipios de la Isla: Calvià, Puigpunyent, Alaró, Marratxí, Santa María del Camí, Bunyola, Esporles e Inca, lo que supone el 64 por ciento de la población de la Isla.

De esta manera hay diferentes planes como el fomento del uso del agua regenerada, un estudio hidrogeológico de las aguas subterráneas, sensores en caudales y red de distribución, creación de un gemel digital para el control de la calidad de agua a través de la Inteligencia Digital o la creación de un plan de emergencia ante situaciones de sequía, entre muchos otros.

El regidor de Medi Ambient volvió a recomendar «un uso responsable del agua» y recordó que «el consumo de agua está garantizando en el municipio».

Bauzá aprovecho para rebatir las acusaciones de la oposición sobre la pérdida de fondos europeos por parte del nuevo equipo de gobierno: «Hemos tenido que escuchar a los otros partidos que hemos dejado perder fondos y ahorra esta acusación queda enterrada con este proyecto. Este equipo de gobierno no pretende renunciar a fondos europeos, nada más lejos de la realidad. Lo que queremos son proyectos realistas y solventes que no se dejen llevar por la improvisación y en algunos de sus proyectos era evidente la imposibilidad de su ejecución».