Imagen de una persona durmiendo en las Avenidas de Palma. | Click

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Hace tres semanas advertimos que las puertas de contadores y demás elementos eléctricos instalados en una de las paredes exteriores del parque Krekovic, de Palma, poco más o menos enfrente del museo, habían sido forzadas. Habían cortado uno de los enganches del candado y por eso estaban abiertas las puertas. Ello supone un peligro en el supuesto de que alguien quiera manipularlas. Porque si las puertas estaban cerradas bajo llave, era, precisamente, para evitar peligros, no por decoración. Por eso, nos llama la atención que tras la advertencia que hicimos quince días atrás, sigan abiertas y sin reparar la cerradura. ¡Ah, que estamos en agosto! Vale, pero el peligro no se toma vacaciones. Por ello no nos queda más remedio que seguir denunciando esa situación, incluso llamar la atención de la Associació de Veïns, que está prácticamente enfrente, a fin de que toque la puerta correspondiente para que subsane esta deficiencia, que, repetimos: puede ser un peligro. Es un peligro. Y lleva así desde hace un mes por lo menos.

Que a cada día que pasa, Palma tiene más gente durmiendo en la calle es algo de lo que uno se percata a nada que sale por ahí a dar una vuelta. Lo que pasa es que la clase política no suele salir frecuentemente a ver qué pasa. Por eso no nos queda más remedio que un día sí y otro también contarlo, aunque sin ninguna esperanza de que, a quien corresponda, se involucre y menos en agosto, en que casi todos están de vacaciones. Pero no por ello vamos a dejar de insistir, entre otras cosas también, porque la mayor parte de denuncias que hacemos nos llegan a través de los vecinos, como ha vuelto a ocurrir.

Como pueden apreciar, la entrada de lo que fuera galería comercial –en las Avenidas, frente a El Corte Inglés–, cerrada desde hace tiempo por una puerta metálica, sigue siendo uno de los lugares que más atraen a los sintecho para pernoctar, quizás porque ahí se está cómodo. El lugar es céntrico. ¿Así que qué mejor que ese sitio? Por ello no debe de extrañarnos ver a gente durmiendo a pierna suelta en él, como ha ocurrido en este fin de semana.

También es frecuente verlos dormir, aunque sea de día, en la calle Sindicato y en otras del centro. La solución, en vez de pensar en construir polideportivos y hacer realidad otros macroproyectos, sería la de construir albergues, donde esta buena gente pudiera pernoctar dignamente. Los que hay están saturados y no cumplen su función. No cabe nadie más en ellos. Aparte que en algunos, los sintecho no quieren ni entrar. Por tanto, a falta de espacios donde pasar la noche dignamente, ¿qué mejor que hacerlo en la calle o en cualquier hueco, como en este caso, que encuentren en ella? De momento, ésta sigue siendo la única solución.

Por eso habría que preguntar a las autoridades de los servicios sociales qué opinan de esto y si tienen previsto algo que lo remedie, pues estamos hablando de personas. Que sí, que muchas de ellas ni cotizan ni votan, pero son personas.

Por otra parte, llama la atención el tiempo que está durando la remodelación de la fachada del edificio anexo al Mercat de l’Olivar, en la parte que da a la plaza Comtat del Rosselló. Y es que lleva así ya ni desde nos acordamos, lo cual, a su vez, origina un efecto secundario: que los grandes contenedores que había enfrente ahora están en un lateral de la plaza, en lo que es aparcamiento de motos y bicis, lo cual le está menguando espacios a unos y a otras. Aparte de que dichos contenedores se llenan hasta rebosar de basura, desprendiendo no muy buenos olores que se notan cuando uno pasa cerca de ellos, por lo que imaginamos que el dueño de la terraza que hay enfrente debe de estar no muy contento, ni por las vistas ni por los olores.

El domingo por la tarde pasado, estuvimos invitados por un vecino que vive en los alrededores del parque de Bellver. Estuvimos en una casa que colinda con el parque. ¿Y qué nos encontramos? Una fiesta infantil por todo lo alto, con música también por todo lo alto. ¡Y eso que los carteles que hay advierten que está prohibida la música! Pues como si nos los hubiera.

«Lo malo –nos dice el vecino que me ha invitado a pasar la tarde allí– es que esto es casi cada fin de semana, lo cual no es fácil de aguantar. Tenemos una vecina que no está bien, que no sabe qué hacer con tanta fiesta, por lo que igual se tira por la ventana». (Es un decir, claro, lo de tirarse por la ventana, pero no lo que se refiere a que lo está pasando muy mal por el ruido y la jarana).

Como al parque acude mucha gente, no solo en fines de semana, sino también en fiestas de guardar, incluso alguna tarde entre semana, apunta otro vecino que hemos encontrado dando una vuelta por el lugar. «Al ser las calles tan estrechas, se montan atascos de padre y muy señor mío, lo cual es otro inconveniente para los que vivimos aquí. Como también lo es la cantidad de basura que se dejan en el parque tras un día de fiesta».

Ambos vecinos nos recuerdan que antes de las elecciones, el alcalde actual de Palma, Jaime Martínez, se dio una vuelta por allí, habló con algunos de ellos, a los que anunció que si era alcalde, modificaría este parque con el fin de que no fuera un problema.

Nos recuerdan también que se le dijo al candidato a la alcaldía aquella mañana –de lo cual damos fe, pues estábamos allí–, que, aparte de que se tuvieron que talar algunos pinos, llenar espacios verdes a base de hormigón, y desoír las muchas voces que hubo en contra respecto a que habían construido un parque dentro de otro, que funcionaba muy bien a gusto de todos.

Se le hizo saber al candidato a la alcaldía de Palma que, dado lo inclinado que está en según qué partes el parque, a nada que lloviera, habría inundaciones. Y las hubo a causa de las lluvias que cayeron hace unos días. Esas precipitaciones originaron torrentes y se encharcaron muchos puntos del lugar. «Y menos mal que cuando la DANA cerraron el parque, que sino...», prosigue el vecino.
Pues ahí lo dejamos. Nos consta que el alcalde quiere remodelarlo, que lo tiene en mente. Pues a ver para cuándo.