El parque Son Dameto, fruto de la movilización vecinal. | Lucía Cortés

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Son Dameto es un barrio en crecimiento. La Associació de veïnats Son Dameto - Son Pisà cuenta con más de 750 asociados activos en este año 2024. «En su mayoría son personas mayores, alrededor del 70% superan los 60 años», explica el presidente de la agrupación Xisco Bonnín. Las personas mayores tienen la necesidad, especialmente tras la pandemia, de socializar. «Buscan un sitio donde se sientan acogidos, les ofrezcan unas actividades que les ayuden física y psíquicamente, y les hagan salir de casa», añade el presidente. Por ejemplo, una de sus actividades es un taller de memoria, «esta actividad supone un ejercicio mental y social con un impacto muy positivo en las personas jubiladas», explica. Además, cuentan con cuatro equipos de ajedrez, un coro, clases deportivas, yoga, pilates y un grupo de montañismo. En estas actividades participan alrededor de 250 personas.

«Dialogar, proponer y conseguir» son los principios por los que se rige la asociación. En estos momentos, los vecinos de Son Dameto continúan su lucha por la ejecución de los solares municipales de la calle Vicenç Juan i Rosselló. En este terreno sin edificar aparcan muchos vehículos, pero también se encuentran algunos coches abandonados. «Somos los vecinos los que tenemos que denunciarlo para que actúen», recuerda Xisco Bonnín. «Llevamos más de tres décadas pidiendo al Ayuntamiento de Palma que proyecte una solución urbanística digna, ya que da una imagen de abandono deplorable», explica. Desde la organización de la barriada proponen alisar el terreno, crear una zona verde y dar una respuesta organizada a la falta de aparcamiento.

El solar pendiente de ejecución en la calle Vicenç Juan i Rosselló.

Otro tema conflictivo, como ya ha advertido el presidente Xisco Bonnín, es el estacionamiento de los coches, no hay suficiente. Una problemática que solo hace que empeorar por las nuevas edificaciones, ya que, más vecinos significa más vehículos. Además, se trata de una zona en la que la necesidad de utilizar el coche es imperante, dado su terreno desigual y su situación geográfica. Junto a esta carencia, el presidente de la asociación señala la falta de un centro deportivo para los vecinos de la zona.

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Por otro lado, el parque Son Dameto ha sido fruto del trabajo de la asociación. «Necesitábamos un pulmón verde y hubo una gran movilización vecinal para lograrlo», recuerda el presidente. Sin embargo, su satisfacción se ve condicionada por una problemática: el mal uso por parte de los propietarios de los perros. «Nos encontramos a los animales sin correa, se meten en la fuente, dejan sus restos sin recoger y su orina ensucia el suelo donde juegan los niños», matiza. Aun así, aclara que hay dueños ejemplares, pero muchos otros deberían responsabilizarse de sus mascotas. Otros vecinos han planteado sus quejas sobre la hora de cierre, que se retrasa hasta pasada la media noche, cuando debería tener lugar a las 22.

Una zona verde del barrio vandalizada con grafitis.

A pesar de ello, Bonnín destaca que se trata de un parque ejemplar para otros barrios. Además, demuestra que cuando el Ayuntamiento trabaja con las asociaciones de vecinos, los proyectos mejoran porque nadie conoce sus necesidades como ellos mismos. Desde la Associació de veïnats Son Dameto, también están satisfechos con las diferentes zonas ajardinadas que se han ido ejecutando en la barriada, aunque algunas de ellas se han vandalizado con grafitis. El presidente lamenta la falta de bancos en algunas de estas zonas verdes, aunque considera que no había otra alternativa para evitar los botellones.

«La asociación es participativa, plural e independiente», destaca Xisco. «No nos casamos con nadie, tenemos un gran número de asociados y abogamos por los derechos de los vecinos del barrio», explica. La agrupación vecinal se creó en 1991, desde entonces, publican una revista sobre los acontecimientos en la barriada. Como grupo participan en la carrera de Kilómetros Solidarios organizada por la organización Respiralia. Con el dorsal, cada miembro de la asociación colabora para recaudar fondos para mejorar la calidad de vida de las personas con Fibrosis Quística. Además, algunos socios son voluntarios en el rastrillo y las clases de castellano para extranjeros, ambas actividades se realizan junto a la Parroquia de Sant Pau.