La valla en mal estado dañó el costado de la mascota.

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Desde el 6 de junio, la dueña de Bella, un Whippet, lleva advirtiendo al Ayuntamiento de Palma de la situación de deterioro en la que se encuentra el vallado del pipicán en la calle Gabriel Alzamora. «La verja está en un estado lamentable, llena de agujeros y de puntas sobresalientes», explica C.R., la afectada que prefiere mantenerse anónima. Como sospechaba, esto ha sido perjudicial para su perra. El pasado 29 de septiembre, su mascota resultó herida tras jugar junto a los alambres en mal estado.

«Desde ese domingo, vivo en una lucha constante con el Ayuntamiento», señala la dueña de la perra. A pesar de mandar mensajes al contacto de denuncias de la institución, la verja no se ha arreglado y las mascotas del parque sufren las consecuencias. «Hace un mes se escapó un perro y su dueña no lo encontraba», asegura C.R. Además, indica que otra familia ha sufrido la misma herida que Bella. «Estamos cansados de avisar a Emaya y al Ayuntamiento, tan solo se pasan la pelota de uno al otro sin poner solución», asegura la vecina de Palma.

Los alambres han causado una herida a la mascota.

La misma noche del incidente, CR decidió poner una reclamación a través de un formulario en la página del Ayuntamiento. La afectada recibió un mensaje de confirmación junto a su número de registro y fue informada de que su queja sería reenviada a Emaya. Tras ponerse en contacto con esta oficina, le dijeron que no había ningún expediente con su cifra identificativa. De nuevo, decidió contactar con la administración local, donde le han indicado que deberá formalizar su reclamación en persona. «Mi queja no ha servido para nada, todo sigue igual», cuenta desesperanzada.

La mascota, víctima de una herida de alrededor de 25 centímetros, recibió puntos en el veterinario de emergencia. Entre la cura y los antibióticos, la factura a la que se ha enfrentado CR ronda los 200 euros. Por ello, en sus quejas, la dueña también pide una indemnización por gastos veterinarios. Aunque le han asegurado que sin una denuncia oficial, esto no será posible. A estas alturas, la responsable de Bella ruega una solución inmediata para que no vuelva a suceder.

Vecinos han tratado de solucionar el problema.

Otros vecinos, preocupados por sus animales, han tomado la acción por su propia mano y han cerrado el vallado con bridas. «El pipicán está en un estado lamentable, es vergonzoso», asegura la afectada. El espacio destinado al disfrute de los perros se ha convertido en una amenaza para su bienestar. Asimismo, aprovecha para denunciar el estado descuidado del parque para mascotas. «No hay sombras ni fuentes de agua y el único sitio para sentarse es un tronco de madera puesto en horizontal», denuncia.