Ducha del Balneario 11 de Playa de Palma. | R.L.

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El Ajuntament de Palma aprobará en el pleno de mañana la tercera revisión del Plan Municipal para el Riesgo de Sequía en la ciudad. Contar con este instrumento es una obligación para todas las poblaciones de más de 20.000 habitantes, y en Palma la versión anterior es de 2016. Aunque lo cierto es que la nueva edición no contiene muchos cambios respecto a su predecesora: el documento de 30 páginas que se lleva a aprobación inicial es un calco del anterior; tanto, que inserta las mismas tablas de consumo mensual facturado que entonces, pese a que en su momento se utilizaron datos referidos al periodo 2010-2015. Entonces Palma tenía alrededor de 23.000 habitantes menos. Pero el plan de 2024 ‘copia y pega’ la tabla omitiendo la antigüedad de esos números: esa referencia temporal se suprime, limitándose a señalar que son datos de «un año medio».

Esta fórmula se repite a lo largo del documento y es una de las pocas diferencias que se pueden encontrar entre los dos planes. Otra ausencia que llama la atención es la alusión a las fugas de la red de agua: en 2016 se reseñaba que representaban un 17 % del volumen total de captación, más de seis millones de metros cúbicos de agua, pero en 2024 no se hace ninguna mención al respecto. También se ha retirado la tabla que en 2016 ilustraba el histórico del consumo hotelero y la ratio de litros por pernoctación (que, por cierto, era de 278 litros por turista y noche en 2015). En el apartado de población servida sí se ofrece un dato un poco más actual, que abarca hasta 2021 (año en el que Emaya prestó servicio a 458.250 personas, con un consumo doméstico de 18,5 millones de metros cúbicos en todo el ejercicio: 111 litros por habitante y día).

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Medidas

Tampoco hay prácticamente ninguna diferencia en cuanto a las medidas planteadas ante situaciones de sequía. Sólo se propone una medida nueva: el plan de 2024 habla, ya dentro del escenario de alerta, de «estudiar la progresiva sustitución de duchas por lavapiés en playas y zonas de baño», y «establecer de forma conjunta y consensuada un plan de horarios» para ahorrar agua en esos puntos.
El resto del documento (datos sobre captación, caudal anual de cada recurso, potenciales reducciones de consumo, etc.) es idéntico al plan anterior.

Una vez obtenida la aprobación inicial, el Plan para el Riesgo de Sequía será sometido a información pública durante un mes; en caso de no presentarse alegaciones, el documento quedará definitivamente aprobado.