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A Manolo le acaban de retirar dos pagas 'vitales' para su subsistencia, una que recibía del Ajuntament de Palma de 150€ y otra de 380€ por parte del Estado. Sin ellas, ya no puede pagar la habitación en la que se hospedaba por lo que, en reivindicación a su situación, tomó la decisión de dormir en el famoso banco de piedra de Cort para dar visibilidad a su protesta. Con tan mala suerte que, su primera noche en la calle es ésta en la que Baleares pasa por la amenaza de una fuerte DANA que podría descargar más de 150 litros por metro cuadrado en cuestión de doce horas.

No tiene miedo. Lo dice de forma contundente. «Estoy aquí sentado viendo llover, si cojo una pulmonía y me muero, tengo wifi en la tumba», manifiesta. Manolo Manzanaro Fernández es un personaje conocido entre los palmesanos, sobre todo por el programa de radio que lleva años haciendo, desde el Bar Cristal, la mayoría de las veces. «La gente se acerca a saludarme, también han pasado tres patrullas policiales y no me han dicho nada; aunque hace un rato se ha acercado un agente que salía del ayuntamiento y me ha dicho 'tengo órdenes de no dejarle tumbarse ni sacar el saco de dormir', le he preguntado que de quién eran las órdenes y me ha dicho que de su superior, 'pues que salga él y me lo diga', he contestado yo». Así se ha quedado la conversación. Por el momento, nadie más se ha acercado para que levante el campamento.

Nos cuenta que la DANA está apretando y el pequeño voladizo que le cubre no basta para no mojarse, pero aún así, no tienen ningún miedo, ni a la tormenta ni a morir. «Si no viene el alcalde en persona, no me voy, ése es el único superior que yo conozco ¿no es esta la casa de todos los palmesanos? Pues aquí estoy», nos dice.

Su única protección frente a la DANA es un paraguas
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Y su discurso va más allá, tanto, que ya no sabe uno donde está la línea que separa la realidad de la ficción: «cuando yo me muera empieza la fiesta, no me preocupa, he dejado instrucciones sobre un material que tengo sobre los políticos desde el tiempo de Cañellas hasta ahora, sus dobles vidas, esas fiestas a las que nadie sabía que se iba, nadie se imagina lo que guardo», revela. «Y si eso no basta, tengo 400 litros de gasoil mezclado con otras sustancias que podrían acabar en La Seu. Cuando uno no tiene nada que perder, nada importa, morir me da igual», sentencia.

Aunque alguna de sus declaraciones parezca un delirio, Manolo es muy reconocido por su inteligencia y nivel cultural y asegura que cuenta con más de 623.000 seguidores por su programa de radio. Pretende dar voz a las personas sin techo y asegura que «los servicios sociales no funcionan». Cuenta que conoce a más de 300 personas que viven en la calle e incluso madres con hijos pequeños que «no denuncian su situación para que no les quiten a los hijos».

Nos cuenta todo esto con la tormenta encima y poco más de diez grados de temperatura, pero se mantiene en sus trece. «Comer puedo comer gratis y me han ofrecido hasta diez sitios para irme a dormir esta noche, no tengo problemas con eso, pero ¿por qué me han quitado mis pagas vitalicias? Pongo en riesgo mi vida por la reivindicación sin ningún problema. Yo lo único que quería es que no me tocaran los huevos», sentencia.