Por la calle Aragó, a la altura del número 132, centenares de coches pasan cada día al lado de una manzana llena de bloques de pisos de considerable altura, ignorando que en ese mismo solar hace ya un siglo se originó uno de los movimientos obreros más destacados de la ciudad y además, liderado por mujeres. Las excavadoras, el tiempo y el olvido se han encargado de no dejar rastro del pasado industrial del barrio de s’Hostalets y en ese punto en concreto, de la reconocida fábrica Sa Mistera, cuya familia luego fundaría Casa Roca. La única pista que puede hallarse en esa manzana de viviendas modernas es el cartel del local de la tercera edad del barrio, que se hace llamar Sa Mistera y cuenta con un dibujo de la fábrica ya desaparecida.
La investigadora Layla Dworkin ha buceado en archivos y en la memoria de los últimos supervivientes del barrio para llevar a cabo su Trabajo de Fin de Master (TFM) bajo el título Ses Misteres: dones, treball i cultura política a la periferia industrial de Palma, que se ha llevado uno de los premios de la Càtedra d’Estudis Urbans de la Universitat de les Illes Balears (UIB). El tutor de este trabajo ha sido el historiador David Ginard, autor de la biografía de Aurora Picornell.
«La recordada doctora en Historia Económica Joana María Escartín [fallecida este año] analizó el papel de las mujeres en los espacios fabriles», cuenta Dworkin, que reconoce su impulso para iniciar este trabajo de investigación. Y reivindica el valor urbanístico y antropológico de las fábricas como «representación de la historia de la ciudad. Pero gran parte de nuestro patrimonio industrial ha sido destruido». Estas industrias que se establecieron a extramuros, entre las que se cuenta Sa Mistera, son el germen de barrios como Els Hostalets, Can Capes, Son Canals o Son Forteza. Dowrkin ha querido homenajear a las mujeres de esta fábrica de cerillas, figuras invisibilizadas en la historia, y conocidas como Ses Misteres.
En su trabajo, la investigadora analiza los orígenes de la fábrica Roca, que fue derribada en los años 60, y cuyos orígenes se remontan a mediados del siglo XIX, aunque originalmente se había situado en la calle Llotgeta. La prohibición de fabricar estos objetos peligrosos dentro del recinto amurallado, dado el gran numero de accidentes que se registraban, provoca que salga a su ubicación definitiva, en la antigua carretera de Inca, en el antiguo Hort de Son Real y que a día de hoy ocupa el barrio de Son Canals, en la calle Aragón.
En 1898 muere el fundador de la fábrica de cerillas Roca, Francisco Roca y Paredes, y toma el relevo su primogénito Eduardo. En aquel momento se fabricaba cada mes más de dos millones de cajas de cerillas, con 117 millones de fósforos elaborados por 160 operarios. El siguiente en heredar la empresa es su hermano Ricardo Roca, que coincidió con la I Guerra Mundial y una crisis de subsistencia que afectó gravemente a los obreros.
Dworkin revela en su trabajo que el boom turístico ha opacado el pasado fabril de Mallorca, «no hubo un salto directo del mundo rural al turismo como se nos ha hecho creer». Hubo una serie de movimientos obreros auspiciados por entidades que defendían los derechos de los trabajadores. Y en esta doble tarea para derribar mitos históricos, la investigadora reivindica el papel de la mujer en las fábricas.
«Escartín recuerda que en 1908 se dice que trabajaban 7.600 mujeres en la industria mallorquina, de las cuales 3.000 confeccionaban portamonedas de plaza, 2.000 al bordado y 1.500 a otras industrias domiciliarias. Además, muchas de ellas no abandonaban su trabajo una vez casadas». En el caso de la fábrica Roca, «eran ellas las que debían asumir las tareas más repetitivas y menos cualificadas. En 1904, en Sa Mistera, de sus 214 trabajadores se decía que 154 eran mujeres». Por otro lado, en aquella época cobraban la mitad que sus compañeros.
Además, el trabajo infantil estaba normalizado a finales del siglo XIX y precisamente en Sa Mistera niños de corta edad se encargaban de mojar los bastones de madera en la pasta fosfórica, lo que reducía los costes. En 1900 se establece una ley que prohíbe trabajar a menores de diez años y los niños de 10 a 14 años solo pueden hacerlo cinco horas al día.
A todo esto, muchos trabajadores, entre ellos los más pequeños, sufrían las consecuencias de la manipulación del fósforo blanco [que a día de hoy está prohibido como arma química], con enfermedades como bronquitis, asma, predisposición al aborto e incluso necrosis fosfórica, que provocaba la deformación de la mandíbula, pudiendo causar daños cerebrales.
A principios del siglo XX se producían despidos por dar a luz mientras el grueso de la mano de obra industrial eran mujeres de 20 a 26 años, muchas de ellas casadas. Las barriadas industriales se convierten en un caldo de cultivo para la toma de conciencia de clase. Aparece una nueva cultura política donde proliferan asociaciones que combinaban las funciones de mutua con otras más recreativas y populares.
En 1919 surge La Unión Cerillera, surgida de la fábrica Roca y acogida en la Casa del Poble, y en seguida consiguen mejoran la jornada laboral, el salario, las condiciones higiénicas o la peligrosidad de su trabajo. Incluso consiguen frenar el trato denigrante y discriminatorio hacia las jóvenes, casadas y embarazadas. En definitiva, prácticamente todas.
Mujeres destacadas como María Palmer Garau o María Valls Valls en puestos directivos hasta que Antònia Miquel Monjo se convierta en presidenta de la entidad en 1931. Este mismo año, el Primero de Mayo, las principales sociedades obreras desfilaron desde el centro de Palma hasta el Coliseu Balear, entre ellas La Unión Cerillera. El estallido de la Guerra Civil trunca la trayectoria de estas entidades obreras y la fábrica se diluye con la aparición de los encendedores hasta su derribo total en los años 60.
Dworkin está inmersa ahora en la búsqueda de sucesores de las trabajadoras de Sa Mistera y prepara una tesis doctoral. Por eso hace un llamamiento a los descendientes de los trabajadores de esta fábrica, a través del email sesmisteres@gmail.com. El objetivo es que la memoria de las cerilleras no se pierda.
mj@mj Hola, estic cercant el testimoni de persones que tenien familiars o gent propera que treballés a la fàbrica de Sa Mistera, ja que tot i ser una fàbrica on feien feina més de 200 persones (la majoria de les quals eren dones) no existeix cap estudi dedicat ni molta documentació al respecte. i de la fàbrica no queda res. Si algú té ganes de compartir els seus records em podeu contactar al correu sesmisteres@gmail.com. Moltes gràcies :)
mjLa meva padrina treballà allà des de que era fadrina fins que tancà la fàbrica. Temps difícils, molt. La meva padrina quedà vídua l'any 39 amb la seva mare cega i tres fills. Al meu pare l'enviaren a una possessió de Porreres a treballar per tal pogués menjar. La meva padrina quan sortia de la fàbrica rentava roba de militars a casa per guanyar una pesseta. No em parlà mai d'acosaments ni res semblant a la fàbrica. Si de gent de fora que aprofitava la misèria per aconseguir "favors" sexuals, però no allà. Això és la nosttra experiència que sols val com això
gràcies
Mi abuela me contó que gracias a esta fábrica y este empresario, muchas mujeres de Mallorca no tuvieron que emigrar con una mano delante y otra detrás.
DoloresTiene razón. Y en los años setenta, el marido tenía que dar permiso a la mujer para que abriera una cuenta o para comprar un piso. Eso sobre el papel, porque en mi casa (y en muchas otras) mandaba mi madre.
La meva padrina treballar allà des de que era fadrina fins que tancà la fàbrica. Temps difícils, molt. La meva padrina quedà vídua l'any 39 amb la seva mara cega i tres fills. Al meu pare l'enviaren a una possessió de Porreres a treballar per tal pogués menjar. La meva padrina quan sortia de la fàbrica rentava roba de militars a casa per guanyar una pesseta. No em parlà mai d'acosaments ni res semblant a la fàbrica. Si de gent de fora que aprofitava la misèria per aconseguir "favors" sexuals, però no allà. Això és la nosttra experiència que sols val com això
gràcies
8 comentarios
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mj@mj Hola, estic cercant el testimoni de persones que tenien familiars o gent propera que treballés a la fàbrica de Sa Mistera, ja que tot i ser una fàbrica on feien feina més de 200 persones (la majoria de les quals eren dones) no existeix cap estudi dedicat ni molta documentació al respecte. i de la fàbrica no queda res. Si algú té ganes de compartir els seus records em podeu contactar al correu sesmisteres@gmail.com. Moltes gràcies :)
ToñitosEso era donde regía el derecho civil castellano, cosa que en Mallorca y Cataluña no pasaba por el derecho civil propio Saludos
mjLa meva padrina treballà allà des de que era fadrina fins que tancà la fàbrica. Temps difícils, molt. La meva padrina quedà vídua l'any 39 amb la seva mare cega i tres fills. Al meu pare l'enviaren a una possessió de Porreres a treballar per tal pogués menjar. La meva padrina quan sortia de la fàbrica rentava roba de militars a casa per guanyar una pesseta. No em parlà mai d'acosaments ni res semblant a la fàbrica. Si de gent de fora que aprofitava la misèria per aconseguir "favors" sexuals, però no allà. Això és la nosttra experiència que sols val com això gràcies
Mi abuela me contó que gracias a esta fábrica y este empresario, muchas mujeres de Mallorca no tuvieron que emigrar con una mano delante y otra detrás.
DoloresTiene razón. Y en los años setenta, el marido tenía que dar permiso a la mujer para que abriera una cuenta o para comprar un piso. Eso sobre el papel, porque en mi casa (y en muchas otras) mandaba mi madre.
PepHa principis d segle, per els 40 no. Si eras casada, el teu homo, tenía q deixarte fer feina.
La meva padrina treballar allà des de que era fadrina fins que tancà la fàbrica. Temps difícils, molt. La meva padrina quedà vídua l'any 39 amb la seva mara cega i tres fills. Al meu pare l'enviaren a una possessió de Porreres a treballar per tal pogués menjar. La meva padrina quan sortia de la fàbrica rentava roba de militars a casa per guanyar una pesseta. No em parlà mai d'acosaments ni res semblant a la fàbrica. Si de gent de fora que aprofitava la misèria per aconseguir "favors" sexuals, però no allà. Això és la nosttra experiència que sols val com això gràcies
Vaja, a principis de segle a Mallorca hi havia industria !!!!! i ses dones feien feina !!!!! Quantes mentides que ens han contat !!!!