Forma parte desde hace más de 700 años del paisaje de la bahía de Palma, a uno de sus extremos. Incluso obras emblemáticas como el retablo de 'Sant Jordi' de Pere Niçard reflejan su existencia siglos atrás, lo que le permite ser al faro de Portopí, en la actualidad, el segundo faro en activo más antiguo de España, tras la Torre de Hércules (A Coruña) y el tercero del mundo, superado por el Faro Linterna de Génova (Italia). El de Portopí fue declarado Monumento Histórico-Artístico en 1983 dado su enorme valor patrimonial e histórico, y es una de las imágenes de la capital mallorquina.
De él existen referencias desde inicios del siglo XIV -cuando se levantó el cuerpo inferior-, más concretamente aparece citado en un documento fechado el 12 de septiembre de 1300, en una parte del codicilo incluido dentro del testamento de Jaume II de Mallorca, que se conserva en la Biblioteca Nacional de París, que se erige en la primera prueba de su existencia.
La ubicación original del faro estaría en la ubicación del ahora Castillo de San Carlos, muy cerca de la definitiva, acabándose de construir el cuerpo superior y la edificación definitiva en 1612. Por entonces, los cristales de la linterna del faro reventaban por los disparos de los cañones del fuerte, lo que llevó a pensar en su traslado, al menos su luminaria.
El traslado llegó en 1617, para ubicarse sobre la original Torre de Señales, cuya denominación se remonta al siglo XV, realizando esa función con la colocación de bolas que indicaban el origen y el número de embarcaciones que entraban al puerto de Palma, para más tarde usar banderas como método de señalización de la mano de la figura de los vigías, que estuvieron en activos hasta el año 1971.
En el año 1807 se instaló allí una óptica de reverberos giratoria, siendo por entonces uno de los cuatro faros en toda España que ofrecían esa tecnología de la época, destacando como curiosidad que, mientras el resto de faros de Baleares dejó de usar el aceite como combustible en 1883, el faro de Portopí no hizo el ese cambio a la parafina escocesa hasta 1893, cuando se cambió la vieja linterna de madera por una moderna cilíndrica de motantes metálicos, instalándose también una óptica catadióptrica con lámpara Maris de una mecha.
La electrificación del faro se llevó a cabo en 1918 y, de nuevo, en 1927 se procedió a sustituir su óptica, instalando otra catóptrica, lo que le convierte en el único faro en España que ilumina con esta técnica. El 24 de agosto de 1972 su luz se apagó, dada la importante red luminaria en el puerto y la red de balizamiento para el acceso al mismo, aunque el 1 de abril de 1977 se encendió de nuevo dada la relevancia de su señal y guía, que le permite ofrecer un alcance de 18 millas náuticas desde sus 38 metros de altitud, con un grupo de dos destellos cada 15 segundos.
Su último farero fue Pere Bonet Roig, que falleció en 2023, y en su interior posee una de las mejores colecciones de señales marítimas de Europa, acogiendo una exposición permanente de material usado para el alumbrado marítimo, que puede visitarse de miércoles a viernes, de 10 a 15 horas y de 16 a 19 horas, además de los sábados, de 10 a 15 horas. Para informarse sobre esos recorridos, se puede contactar con el correo electrónico fardeportopi@portsdebalears.com o a través del teléfono 662418163.
Esto es lo que deberian de enseñar como prioridad a los niños en las escuelas y no la adoctrinada ideologia de genero , sogas verdes y mentira historica.
3 comentarios
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Ahora voy a pagar por leer esta noticia. Me piro a wikipedia
Esto es lo que deberian de enseñar como prioridad a los niños en las escuelas y no la adoctrinada ideologia de genero , sogas verdes y mentira historica.
Boniya historia. Lástima que tengamos que ir a otros medios para leerla.