Panorámica de la Plaça Serralta, epicentro de la barriada. | F.F.

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Su ubicación estratégica, en los límites del centro y próxima de barriadas tradicionales hace del Camp d’en Serralta un escenario especial dentro del mapa de Palma. No en vano, estamos ante uno de los espacios con una mayor densidad poblacional, en el que la gentrificación y el problema de la vivienda y el acceso a la misma se han convertido en dos asuntos de primer orden, sin dejar de lado acitudes incívicas de residentes o visitantes que, bien generando suciedad o ruidos perturban la tranquila vida especialmente de aquellos que han residido allí desde hace décadas.

Porque el perfil de algunos establecimientos comerciales emblemáticos y de las construcciones, en especial esas plantas bajas en peligro de extinción y objetivo ahora de las promotoras y constructuras que quieren aprovechar ese espacio para ampliar su negocio.

Orígenes

La denominación de Camp d’en Serralta procede de una finca que se levantó en lo que actualmente son los terrenos que ocupa la barriada, y que fue adquirida en el año 1547 por Francisco Serralta, lo que identifica el topónimo sin lugar a dudas. Esta barriada fue tomando forma bajo el paraguas de la industria textil palmesana de mediados del siglo XIX. Más concretamente, en 1871, gracias a la figura de Nicolau Brondo, y el primer fin de ese espacio de la ciudad era el dar cobijo a los trabajadores de esta y otras industrias paralelas.

Más allá de las murallas que todavía seguían en pie, esas nuevas barriadas en auge debían estar ubicadas a una distancia de 1.250 metros los límites que marcaba la muralla. Entre ellos, estaba el Camp d’en Serralta, que presentaba un singular trazado urbano de forma reticular, configurado por manzanas cerradas de manera longitudinal y una plaza en el centro, que tomó forma como continuidad del barrio de Santa Catalina, que fue urbanizado unos años antes y con el que limita.

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Clave

Pero sin lugar a dudas, uno de los grandes problemas que lastran y castigan al Camp d’en Serralta no es otro que el de la movilidad y el aparcamiento. Encontrarse en la frontera que separa el pago tarifado de párking (ORA) y las plazas gratuitas convierte a este barrio en un espacio saturado por los trabajadores de las zonas próximas, lo que acaba perjudicando a los vecinos y residentes dentro de una situación que se repite en otros escenarios de idénticas características.

La okupación es otro de los temas de primera línea que también ha hecho acto de presencia allí. El último episodio sonado fue el desalojo de un edificio a medio construir desde hace años, que se erigió en un foco de insalubridad e inseguridad que llevó a sus propietarios a tomar cartas en el asunto. El abandono de algunas plantas bajas o casas ha despertado el miedo entre los vecinos a la okupación de esos espacios, aumentando una sensación de inseguridad que no preocupa, pero que en ocasiones resulta latente, aunque preocupan al igual que otros temas como el botellón o los ruidos.

Unidad

El vecindario del Camp d’en Serralta, que mezcla a residentes de toda la vida o sus hijos y nietos, ha captado en los últimos tiempos a nuevos perfiles de residentes, aunque se muestra unido, con la Plaça Serralta como epicentro y lugar de reunión en diferentes actividades públicas, además de haberse desarrollado una asociación como ‘Som Serralta’, un colectivo vecinal activo y que reivindica el sentimiento de pertenencia al barrio, además de promover diferentes iniciativas y acciones para mantener viva esa llama que, gracias a ellos y quienes se han sumado en los últimos años, sigue latente.

Las dificultades de movilidad son el principal dolor de cabeza en Camp d’en Serralta, donde estacionar resulta toda una aventura y un desafío para quienes allí viven y no pueden acceder a un espacio en el aparcamiento de la plaza o en otros privados. Un hándicap para quienes tienen el privilegio de vivir tan cerca del centro y la zona comercial de referencia, pero que deben soportar este volumen de visitantes de cuatro ruedas que abarrotan cada uno de los rincones de sus calles, perfectamente repartidas y tiradas dentro del mapa.