Los quintos de Montuïri se convirtieron en protagonistas el pasado
día 28, festividad de los Santos Inocentes, al colocar un muñeco
dentro de una cárcel que representaba al alcalde, Joan Antoni
Ramonell. «Nuestra intención no era hacer reivindicaciones
políticas, aunque tampoco compartimos muchas de las ideas del
alcalde», afirmaron Cristòfol Amengual, Bartomeu Gomila y Gabriel
Sampol, miembros de la quintada montuïrera.
Estos 30 chicos y chicas de 18 años, la mayoría de ellos
universitarios, relataron su noche loca, que se ha convertido en
una de las tradiciones por excelencia en la localidad.
Sobre el montaje dedicado al alcalde con un muñeco dentro de una
cárcel y sentado sobre un inodoro comentaron: «Cada año, los
quintos recrean aquellos aspectos más destacados del año en el
pueblo. Este año era evidente que teníamos que hablar de la
petición de 6 años de prisión para el alcalde que se ha formulado
desde la Fiscalía».
Esta tradición comenzó hace unos 10 años, cuando los jóvenes
quintos llevaban higos chumbos delante de la casa de las jóvenes.
Lo hacían con tractores que recorrían el pueblo durante toda la
noche. Se prohibieron los tractores y se empezaron a montar las
parodias en la plaza del Ajuntament.
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