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El alcalde de Llucmajor, Gaspar Oliver; la delegada del Gobierno, Catalina Cirer; y el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Balears, Angel Reigosa, inauguraron ayer las nuevas dependencias del juzgado de paz, sobre 170 m2 del edificio de la vieja fábrica de calzados Mulet. Desde 1870, los juzgados estaban en el claustro de Sant Bonaventura.

El actual juez de paz, Mateu Monserrat, agradeció al Ajuntament la modernización del juzgado, que permitirá mejorar la atención a un promedio de 30 usuarios diarios.

Oliver manifestó que los juzgados disponen ahora de unas instalaciones más amplias y dignas, a la vez que expresó su deseo de recuperar el antiguo claustro como centro cultural.

Angel Reigosa dijo que el Estado siempre ha sido tacaño a la hora de construir y subvencionar edificios y dependencias de los juzgados de los pueblos, pues algunos son tercermundistas, por lo que agradeció al Ajuntament el esfuerzo que significa el alquiler del local.