La Fira de Sencelles congregó ayer a un importante número de
público. La calle principal de esta olvidada localidad del interior
de la Isla, ayer, no tan sólo quedó repleta de tenderetes de ropa,
comida diversa, verduras y plantas, sino que también estuvo
colapsada de gente y, cómo no, de políticos.
La delegada del Gobierno en Balears, Catalina Cirer, no dudó en
asistir a la Fira de Sencelles, su pueblo natal. «Cirer es
nuestra», afirmó el alcalde Guillem Ferrer para justificar la
asistencia de la delegada. Tampoco faltó la asistencia del
presidente del Govern balear, Jaume Matas, y del conseller de Medi
Ambient y alcalde de Alcúdia, Miquel Ramis, así como la del
conseller de Cultura, Manuel Ferrer.
El alcalde de Lloret de Vistalegre, Joan Jaume, y el de Sant
Joan, Gabriel Mora, no dudaron en acercarse hasta Sencelles para
participar activamente de la Fira. A la comitiva de autoridades
también se sumó el director general de Ordenació del Turisme, Josep
Aloy, a quien Ferrer ya presentaba como el futuro alcalde de la
localidad.
Sólo las cuatro gotas caídas ya pasadas las dos de la tarde
contribuyeron a agilizar la retirada de los tenderetes, aunque la
Fira se prolongó unas horas más.
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