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Casi 200 sacerdotes de la Diócesis de Mallorca se reunieron ayer en el santuario de Lluc con el fin de celebrar la festividad de Jesucristo Sacerdote.
La celebración de esta festividad, entre las de Pentecostés y el Corpus, va unida a la tradicional diada de hermandad que celebra cada año el clero mallorquín. El obispo, monseñor Teodor Úbeda, presidió los actos que se llevaron a cabo durante toda la jornada de ayer en el santuario.

Durante la celebración de la eucaristía en la basílica de Lluc se rindió un sencillo homenaje a los sacerdotes que cumplían sus bodas de plata y de oro en el ejercicio del ministerio sacerdotal.

Este año sólo celebraba sus 25 años de sacerdocio un presbítero. Se trata de Antonio Garau Garau, que hasta ahora ejercía el cargo de párroco solidario de Sóller y que ha sido nombrado nuevo párroco de Crist Rei de Inca.

En cambio, eran ocho los sacerdotes que celebraban los 50 años de su ordenación. Sebastià Arrom Coll, canónigo; Guillem Bennàsser Alou, vicario de Campos; Jaume Capó Bosch, residente en Puerto Rico; Mateu Galmés Galmés, antiguo rector de la parroquia dels Dolors de Manacor, donde reside actualmente; Gabriel Seguí Mas, párroco de Sant Nicolau, y que acaba de ser nombrado canónigo; Francesc Suárez Yúfera, vicepresidente del cabildo de la Seu; Félix Carmona Moreno, agustino y responsable de la iglesia del Socorro; y Jaume Fe Corró, franciscano, antiguo párroco de Moscari.