30/05/99 0:00
La actividad que se realiza en un taller de pintura del Port de Pollença está causando graves molestias a los vecinos del bloque de pisos del número 28 de la calle Magallanes. En el primer piso de este edificio vive una familia que tiene que soportar la actividad que realiza el propietario del taller, Gerardo Vizcaya. La chimenea por la que salen los humos tóxicos, cargados de plomo, provenientes de las labores de pintado de coches, está situada pocos centímetros de las ventanas de los dormitorios del primer piso. Además, la salida de humos está dirigida hacia la vivienda.
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