El pleno del Ajuntament de Calvià celebrado ayer para debatir una
modificación puntual del PGOU del 91, a fin de ralentizar el ritmo
de crecimiento en el municipio, se convirtió en un puro acto
electoral tanto del PSOE como del PP, terminando con insultos y
descalificaciones ante el público asistente.
La alusión por parte del concejal popular Ignacio Deià sobre los
«intereses» del marido de la alcaldesa en Cuba, publicado por el
«Diari de Balears», provocó que Margarita Nájera, indignada y al
borde de un ataque de nervios, llamase repetidas veces, a la salida
de la sesión plenaria, al edil del PP «hijo de puta», y de que el
teniente de alcalde, Antoni Garcia, muy excitado, tuviera que ser
retenido por sus compañeros, ante la evidente intención de agredir
físicamente al edil popular.
El concejal del Grupo Mixto, Anselmo Martín, no acudió a la
sesión plenaria para «no participar en el paripé electoral montado
por los socialistas del equipo de gobierno». La moción del Grupo
Socialista, en plena campaña electoral, proponía una modificación
de la vigente normativa urbanística ante «necesidad de reformular
un modelo de desarrollo que ha devenido en insostenible», a fin de
reducir el crecimiento actual del 8% al 1%, autorizando cada año un
máximo de 1.750 plazas.
Al no contar con los votos necesarios (Martín ausente y el PP se
abstuvo alegando la inseguridad jurídica que provocaría la medidas
además de las dudas sobre su legalidad), la propuesta no fue
aprobada. El PSOE se comprometió a, si obtiene la mayoría en los
próximos comicios, aprobarla a principios de la siguiente
legislatura con dos meses de retroactividad «con lo cual, las
solicitudes de licencia de obras que se formulen a partir de ahora,
tendrán que someterse a dicha modificación» y entrar en la lista de
espera.
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