Los pozos de Son Torrella, en Santa Maria del Camí, se han recuperado en los últimos días.

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El nivel de los pozos que suministran agua a la población de Binissalem ha bajado de tal manera que en pocos días se tendrá que conectar la red municipal a la tubería de EMAYA para poder garantizar el suministro de agua potable a la población. Según fuentes del Ajuntament de Binissalem, el agua se encuentra a más de 190 metros de profundidad, y se ha notado un fuerte descenso desde hace dos semanas, cuando el nivel se situaba en los 175 metros. Desde el Ajuntament se ha informado que cuando el agua se encuentra a un nivel tan bajo es imposible, o resulta poco rentable, extraer agua, ya que las bombas tienen que funcionar las 24 horas del día y esto provoca que las averías puedan ser mucho más frecuentes y que no sea rentable la explotación.

La conexión de la tubería de EMAYA a la red de suministro de agua provocará que el Ajuntament tenga que pagar el agua a un precio más caro. Si la extracción de los pozos municipales tiene un coste aproximado de 12 pesetas por tonelada, el Ajuntament ahora deberá pagar el metro cúbico a EMAYA a más de 16 pesetas.

Binissalem se convertirá así en la tercera «víctima» de la comarca de es Raiguer a causa de la sequía que padece la Isla, que va unida a las extracciones que hace EMAYA. La empresa palmesana, a pesar de la sequía y de saber que el acuífero de Alaró es limitado, continúa el mismo ritmo de extracción en sus pozos que el año pasado, cuando las condiciones no eran las mismas. Primero fueron los pozos de Lloseta, cuyo nivel descendió de tal manera que el concesionario del suministro decidió hacer restricciones a la zona rústica del municipio y a Biniamar.